A Su Servicio Namjin (ADAPTACIÓN)

Capitulo Cinco

Historia omegaverse/ insinuaciones sexuales/ mención de embarazo/ Namjoon alfa/ Seokjin Omega

     Antes de que el gerente terminara de hablar, Namjoon había dejado su servilleta y apartado la silla.
La mirada atónita de Seokjin se grabó en su mente como una instantánea de la que se ocuparía después; se centró en la llamada que lo esperaba.

     Durante el desayuno había devuelto la llamada a Hyejin, la encargada de la caballeriza, que había expresado una leve preocupación por la falta de apetito de Gisele; le había dicho que lo mantuviera informado. Pero no estaba preparado para lo que le dijo Taehyung: la vida de la yegua peligraba por culpa de un cólico agudo. Hyejin no había podido localizar a Namjoon, que había apagado el móvil para hablar tranquilo con Seokjin, y, desesperada, le había pedido a Taehyung que lo localizara. Lo conocía bien y sabían que desearía controlar la situación minuto a minuto.

    Namjoon puso fin al almuerzo y pasó las cinco horas siguientes con el teléfono al oído, hablando con el personal de la cuadra el veterinario sintiéndose impotente y distante. Si subirse a un avión hubiera servido de algo estaría volando. Pero estaba a una hora de Inglaterra; la fase crítica había concluido mucho antes de que llegara. Así que volvió a Samdong y paseó y sudó hasta que recibió la llamada definitiva.

    El coraje y la fuerza que Gele demostraba en la cancha de polo la había ayudado. La crisis había pasado. De momento, estaba a salvo.

    Sintió una intensa oleada de alivio que lo dejó agotado y vacío. La cama que había en el centro del dormitorio parecía limpia, ancha y cómoda.

   Automáticamente, se desnudó de camino al cuarto de baño. Quizás fue ver la prístina cama o desnudarse o que su mente se sintiera libre por fin. Fuera por lo que fuera, la instantánea que había archivado en el restaurante destelló en su mente, nítida y viva.

    Jung Seokjin con los labios entreabiertos y mirada atónita al oír el nombre de Min.
     Con las manos apoyadas en los azulejos, mientras el chorro de la ducha caía sobre los tensos músculos de sus hombros y espalda, Namjoon hizo un resumen del resto de las pistas: el uniforme ancho y sin forma, que se negara a beber café o vino, que dijera que sólo vivía con su hermano «de momento».

    No había habido mención de Taehyung o de la conversación interrumpida mientras volvían a casa ni en las horas que siguieron. El omega había subido varias veces con bandejas de sandwiches, café, y, finalmente, su cena. El alfa no había iniciado la conversación y Seokjin había recobrado el papel de mayordomo invisible.

     Sin embargo, Namjoon se había fijado en él. Se había permitido dejarse envolver por su eficiencia y por ese otro Seokjin de ojos brillantes y ritmo en las caderas. Ambas partes lo atraían y la antítesis lo intrigaba; había llegado a reconocer ante sí mismo cuánto deseaba la alegación de embarazo fuera un malentendido.

    Si la llamada telefónica no los hubiera interrumpido, habría investigado más; el omega habría reconocido que iba a tener un hijo; él habría dicho que actuaba en nombre de Min Taehyung. El asunto estaría solucionado.

     Se secó y se puso unos pantalones. Salió al balcón e inspiró el aire otoñal, agradeciendo su frescor en la piel. La noche había caído, oscureciendo el agua de la bahía y oscureciendo su mente con remordimiento.