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Luego de un juego bastante intenso para la pelirroja, ambos, con la cara roja y sudada, se dirigían hacia el castillo.

La pelirroja la había pasado increíble, porque a pesar de no tener tanta experiencia con el deporte, Oliver siempre fue bastante delicado y atento con ella. Él sabía que lo mejor era no presionarla, pero sí animarla a explotar sus habilidades.

—Mañana jugamos contra Hufflepuff, ¿recuerdas? —Preguntó el castaño, rompiendo el silencio. —Espero contar contigo. Tu presencia siempre me ayuda.

Con un brillo en sus ojos, Emma sonrió. —Sabes que siempre estaré dispuesta a verte, Oliver, pero mañana tenía planeado ir con la profesora Babbling. Tengo una duda con mi tarea de Runas antiguas —. Dijo, viendo hacia abajo. —¿Te importa si me quedo hablando con ella?

Con preocupación en su mirada, él respondió: —Emma, realmente te necesito en las gradas. La profesora Babbling puede esperar un poco, ¿no? Te prometo que yo te puedo ayudar con las tareas después.

—Realmente necesitó la opinión de la profesora, Oliver. La tarea se entrega pronto y...

—¡Por favor! —Interrumpió, suplicando.

Mirando hacia el interior del castillo, ella comentó: —Oliver, sabes lo importante que son para mí las tareas. Te prometo estar en un próximo partido, pero necesito terminar eso.

Con un quejido, Oliver seguía repitiendo lo importante que es el partido para él. El castaño sabía que la pelirroja siempre estaba centrada en sus estudios y que sería muy complicado convencerla. —Sé que es importante para ti, pero puedes preguntarle luego del partido o antes. No puedo hacer esto sin ti.

Con una mueca, ella frunció el ceño. —¿Por qué dices que no puedes jugar sin mí?

—Me tomarás por loco, pero siempre logras calmar mis nervios antes de cada partido —. Suspiró, recordando todas esas veces en las que la pelirroja estuvo para él. —Me da confianza verte en las gradas, Emma.

Suspirando, ella divagó. —No puedo prometerte nada...

Con ansias, él sugirió: —Aunque sea solo para los primeros minutos del partido, Emma. Prometo luego dejarte.

—Bien, pero solo unos minutos.

—Te lo agradezco infinitamente, Emma —. Exageró, sonriendo emocionado mientras se inclinaba para darle un beso en la frente. —Sabía que podría contar contigo.

─ ⊹ ─

Desde lejos, Emma vio a su hermano conversando tranquilamente con Hermione y Ron, así que decidió aproximarse al trío, los cuales aún no notaban su presencia.

—La tienda de dulces es fantástica, pero no es nada comparada con la tienda de bromas de Zonko —. Opinó Ron, con entusiasmo mientras subía las escaleras. —Pero no pudimos ir a la Casa de los Gritos. Saben que es la más embrujada.

—Sí, lo sabemos —. Concordó el azabache. —Jamás he ido.

—Siempre he querido saber cómo se ve ese casa por dentro.

Todos los presentes se sobresaltaron al escuchar una cuarta voz, aunque se relajaron de inmediato al reconocer a la chica de pecas que acababa de llegar.

just the way you are ━ oliver woodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora