30 Days of Smut Challenge ➸ YoonMin [윤민]

T W O

YoonGi se frotó los ojos mientras miraba las líneas onduladas que cubrían las páginas de su libro de texto de enfermería. Realmente necesitaba tomar un descanso. También tenía que hacerlo bien en su examen de mañana, pero por como estaba aprendiendo actualmente, eso probablemente no sucedería sin un descanso adecuado durante la noche.

Él había estado quemando mucho la vela en ambos extremos últimamente, y no iba a servirle bien a largo plazo. Entre sus madrugadas en la panadería, las clases durante el día, los estudios nocturnos y las asignaciones medianas casi semanales de su abuela, nunca tiene mucho tiempo para él solo.

Mientras recogía sus pertenencias de la biblioteca y se dirigía a la parada del autobús, sintió el zumbido revelador de su móvil en el bolsillo. Dada la hora, era medianoche, y el hecho de que la mayoría de sus amigos trabajaban en horarios regulares, solo podía significar una cosa.

Un fantasma.

La familia de YoonGi había sido médiums durante generaciones, cada uno ayudando a los fantasmas a cumplir su negocio pendiente y pasar al otro lado. YoonGi, su hermana YoonJi y su madre, Solar, recibieron tareas semanales en su granja en Daegu por parte de su abuela, quien estaba más allá del velo pero podía comunicarse con ellas.

Su hogar familiar estaba aproximadamente a una hora de donde vivía y trabajaba en Seúl, pero afortunadamente, vivían en la era de la tecnología, y su madre podía enviarle las asignaciones a su teléfono móvil. La mayoría de sus tareas estaban en y alrededor del área de Busan, de todos modos.

Su abuela había empezado a asignarle esos fantasmas geográficamente convenientes cuando descubrió que él se estaría moviendo. Cuando YoonGi abrió su teléfono, escuchó el ruido del autobús que venía por la esquina. Esperó a mirar la carta hasta que estuvo sentado, distanciándose a propósito del puñado de otros pasajeros que viajaban a esa hora.

Escudriñando las líneas de una letra descabellada, inclinada, YoonGi agradeció a sus afortunadas estrellas que era un caso simple. Una abuela había fallecido antes de ver el recital de baile de su nieta más pequeña en unas pocas semanas. Perfecto. Esperarían hasta el recital, él llevaría a la abuela, ella podría seguir adelante y él podría disfrutar las tres semanas anteriores al recital, relativamente libre de fantasmas.

Se las arregló para levantarse del asiento para bajarse en su parada, antes de caminar las pocas cuadras hasta su apartamento, el agotamiento pesaba mucho en sus huesos. No estaba programado en la panadería por la mañana, y su examen no era hasta el mediodía, por lo que tendría mucho tiempo para dormir y prepararse.

YoonGi abrió la puerta de su edificio y sintió una punzada de molestia por la conmoción de un niño que gemía detrás de la puerta 2A mientras él revisaba su buzón.

¿El actual residente de ese piso, James?

¿Juan?

El pelinegro nunca pudo recordar su nombre porque nunca estuvo allí - viajó por largos períodos de tiempo por su trabajo, por lo que dejó que el plano fuera mes a mes.

El único problema se debía a que tantos extraños iban y venían por el edificio todo el tiempo. Finalmente, llegó a su propio piso, dejó caer su bolsa cerca de la puerta principal y tiró su billetera y las llaves sobre la mesa en su pasillo. Apenas se quitó la ropa hasta el pantalón antes de caer de bruces y de sucumbir al sueño.

[...]

El detective Park JiMin odiaba Corea. Él lo odiaba absolutamente. Había demasiada gente con demasiadas historias, y siempre estaba húmedo o frío y lleno de gente. Mucha gente.

La carpeta de archivos en frente de él era escasa, con apenas información en las páginas, y solo una imagen. Una foto vieja de la niña desaparecida era su única pista para continuar.

¿Pero no fue así como siempre fue?

JiMin sabía que la pequeña sede de Scotland Yard era escéptico sobre lo que podía hacer, pero siempre le dieron los casos más difíciles y él hizo todo lo posible por cumplir. El pelirosa era un psíquico. No tenía ni idea de dónde venía el regalo, nadie más en su familia lo tenía, pero Scotland Yard lo descubrió cuando estaba en la universidad de Criminología y lo reclutó rápidamente. En ese momento había un director que creía que él podía ayudar.