30 Days of Smut Challenge ➸ YoonMin [윤민]

N I N E T E E N

El Mayor era definitivamente una fuerza a tener en cuenta. Fresco, unido, potente y estoico. JungKook nunca pudo entender lo que estaba pensando bajo esa expresión fría y, honestamente, pensó que lo prefería de esa manera. YoonGi se sentó en silencio frente al maknae y JiMin, con los ojos alerta y fijos en su novio. Sus ojos azules seguían cada uno de los movimientos del pelinegro, pero luego volvían a acostarse en sus labios. El menor se reiría si no estuviera aterrorizado de que el hombre lo matara.

JiMin se sentó junto al maknae, explicando su situación de vida desde que el ejército había estado expuesta en el gobierno. El menor castaño casi esperaba que su Hyung reaccionara ante la mención de su ex empleador, pero la expresión del otro hombre se mantuvo estable. Sus largas piernas estaban estiradas delante de él, dando la ilusión de que estaba relajado. O tal vez que no era una amenaza. Sin embargo, los músculos en el brazo de YoonGi disiparon esa ilusión. El maknae podía ver sus músculos tensos, listos. Su puño se cerró con fuerza. Su firme mandíbula estaba apretada y JungKook casi podía escuchar los dientes del soldado rechinar.

Mientras JiMin continuaba describiendo el lujoso penthouse del maknae en Nueva York, el pelimenta perdió el interés de manera visible. Continuó siguiendo los movimientos de su pequeño novio, pero era obvio que su mente se había desviado a otros pensamientos. El chico de cabello negro siempre había estado animado por lo que el padre de JungKook le había dicho y cuando se emocionó, sus movimientos se hicieron más amplios, más infantiles. El maknae ciertamente podía entender estar distraído por él. Cuando se encontraron por primera vez, JungKook apenas podía apartar la vista de su Hyung y, al igual que el niño que era el castañito, se burló de JiMin hasta que comprendió sus sentimientos y, al mismo tiempo, lo bañó con regalos de forma anónima. No es difícil averiguar quién te regaló un reloj de $10,000 dólares ... a menos que seas un niño de ojos verdes y cabello negro.

YoonGi hizo un movimiento rápido, sosteniendo su mano en el signo universal de 'deja de hablar'. JiMin vaciló y dejó de hablar bruscamente. Estaba repentinamente conmovido por el movimiento repentino y JungKook podía decir que no estaba tan cómodo con su viejo amigo como lo dejaba ver. Sus labios llenos se cerraron lentamente y sus ojos Verdes se centraron cautelosamente en YoonGi.

"JiMin, ¿por qué me dices esto?" gruñó. "¿Y por qué está Jeon aquí?"

JungKook trató de mantener su rostro neutral e indiferente. Tuvo la tentación de soltar un hecho impactante en el mayor y expresarse, pero le había prometido a JiMin que se comportaría y por una vez decidió que mantendría esa promesa. En lugar de reaccionar, el maknae se recostó en su firme silla de cuero, escuchando el crujido que emitía en el silencio prolongado y casi doloroso. Disfrutó de cómo hizo que el Ojiverde se moviera incómodamente. Esperaba que expresara con precisión lo que estaba pensando, que era una mezcla entre 'por qué estoy aquí' y 'esto va a ser interesante'.

"YoonGi Hyung, he estado tratando de hablarte sobre Jeon Towers porque estoy tratando de pedirte que te mudes," resopló. Él estaba haciendo pucheros y JungKook siempre encontraba su cara puchera adorable.

Por una vez, el estoico soldado perdió su compostura normal y mostró su conmoción y confusión. Se movió en su silla, agarrando su taza de café de la mesa con su brazo con demasiada firmeza. La taza se rompió en su agarre y YoonGi dejó escapar un agudo siseo cuando el café golpeó su regazo.

"JiMin. " dijo Bucky lentamente. Su voz era ronca de dolor y algo más. ¿Molestia? "¿Por qué no empezaste esa conversación?"

JungKook casi no pudo contenerse. Contuvo su risa e intentó disimular lo que se había resbalado al toser en su mano. Toda esta reunión había sido idea de su Hyung pelinegro y él insistió en hablar todo el tiempo. Hizo que el maknae prometiera no decir una palabra e incluso llegó a elegir la tienda en la que se encontraban; una pequeña y pintoresca cafetería llena de cuero y madera oscura. JiMin miró al ojimiel, su expresión suplicante. El menor levantó las manos en un gesto inocente.