G R O U P I E // Jung Hoseok

On the Street

"Cada vez que camino, cada vez que corro, cada vez que me muevo, como siempre es por nosotros. Cada vez que miro, cada vez que amo, cada vez que deseo, como siempre, es por nosotros"

J. Hope, On the Street.

Llegué de la escuela, subí directo a mi habitación, no soportaba las ganas de llorar, me dolía el pecho, deseaba llorar, odiaba ser una adolescente, odiaba tener que ir a la escuela. El horror de ir a la secundaría se manifestaba sobre mí ¿Cómo podían existir personas que su mayor entretenimiento era el sufrimiento de otros? Simplemente como podían disfrutar del dolor ajeno.

No podía comprenderlo, tomé entre mis manos mi pelota para el estrés, me recosté en el colchón con mis pies colgando, miré el techo, no pude evitar recordar las miradas, las palabras, y las bromas favoritas de mis compañeros a mi persona. Las lágrimas comenzaron a caer sobre mis cachetes, nuevamente, no podía seguir más.

Una notificación llegó a mi teléfono, no quise revisarla, poco a poco mis ganas de tener amigos o siquiese socializar desaparecían, puse música, triste, era tan masoquista pero solo quiero que el dolor salga cuanto antes, y los acodes de la pena, me facilitaban esa necesidad.

Desperté inquieta ¿Qué hora era? Me había quedado dormida entre las lágrimas, me levante y camine a paso lento y corto. Vi mi laptop, la levante y se prendió en el protector de pantalla, presioné enter, y pronto se rebeló el interior de mi aparato, tenía abierto YouTube, quise buscar una canción de mi gusto, pero terminé colocando una sugerencia, y sonó: Mikrokosmos de BTS

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Los sentimientos que tiene una fan hacia su ídolo. Son simplemente increíbles; jamás existirá un amor ni la mitad parecido a este. Aman sin esperar nada a cambio, pertenecen a una parte muy especial de sus vidas; su ídolo es la causa de su felicidad y su sonrisa, incluso, es sus ganas de vivir, una luz en la oscuridad.

¿no es gracioso? Esperamos por días, meses, solo para vivir durante unas horas como las personas más felices del mundo, solo ahí podemos encontrar miles de personas que comprenden y saben exactamente lo que sientes, en los conciertos, experimentas más que música, más que una conexión. Cuando las luces se apagan, inicia la magia, la mejor de las experiencias: la adrenalina sale desde el fondo de tu alma desgarrando tus pulmones, permitiendo tu felicidad explotar como una granda de emociones, y ahí, deseas que nunca termine.

Yo soy ese tipo de chica que mantiene un fuerte amor por siete chicos, por los que haría cualquier cosa, la que esperaría años por verlos solo un rato a cambio de ser feliz. Como en este momento, mi corazón estaba por reventar, los veo hablar, cantar, y sonreír, me hacen sentir especial por cómo se comunican con nosotras, por la forma en la que me hacen sentir segura.

Cantaban "Magic shop" las lágrimas caerían por mis mejillas en cualquier segundo. Jin, RM, Suga, V, Jimin, Jungkook y J-hope. Bailaban, y cantaban mientras hacían lindos corazones, parecía una escena sacada de una película de Disney, muy mágica, ellos son... mágicos.

Había trabajado alrededor de dos años, para conseguir este boleto y valía cada segundo estando ahí, cantaron una hora más hasta que finalizo, fuegos artificiales en distitos tonos morados brincaron en el cielo, y el logo de BTS se asomo tras ellos mientras hacían una reverencia para despedirse, mi corazón seguía temblado de felicidad, de nervios.

J-hope junto a V, se acercó a mi fila, el mayor de ellos, nos miró a todas obsequiándonos una preciosa sonrisa y una sublime despedida, por unos segundos, sentí que su mirada choca con la mía, por solo una milésima de segundo, sonrió. No sabía sí esa sonrisa había sido para mí, ni siquiera sabe de mi existencia, pero, prefería pensar que había sido así.