PRÓLOGO.

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Las heridas que más duelen son aquellas que, por profundas, jamás cuentas. Esta vez, es momento de contar la mía. Mi herida, fue el.

Soy Olivia, y esta no es la típica historia de amor. Esta es nuestra historia de amor. Una verdadera.

Pero retrocedamos un poco en el tiempo...

-Septiembre de 2011-

-¡Eres un idiota!- le dije mientras recogía mi agenda del suelo y la colocaba furiosa en mi mochila.

-Y tú una pesada...- contestó aquel chico menudo mirándome por encima de las gafas.

Poco tardó la profesora de Inglés en intervenir, (para variar), entre los dos eternos rivales de la clase, nosotros, por supuesto.

Olivia! ¡Pablo! ¡Es la tercera vez que os llamo la atención! ¿Podéis parar de discutir aunque sea un segundo?- suspiró cansada- os quedan seis años de compartir clase, más os vale poneros de acuerdo... ¡ya!

No sabíamos que estábamos delante del amor de la vida del otro.

Solo nos quedó NerudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora