-¿Algo interesante?
Pablo, con su altura y delgadez me miraba desde la puerta con el vaso de zumo en la mano y una sonrisa. Ladeada, como siempre la tuvo.
-Sorprendentemente, de las Heras, sí...
Apartó un mechón de cabello castaño y se sentó a mi lado en su cama.
Mientras estaba en la cocina, me dio por observar la gran cantidad de libros de literatura clásica que tenía en la estantería de su cuarto.
Estaba fascinada... Toda mi vida había soñado con poder coleccionar libros de mis clásicos favoritos: Shakespeare, Lorca, Emily Brontë, Jane Austen... ¡Estaba en mi paraíso! Y el paraíso estaba... ¿en el cuarto de Pablo de las Heras?
-Veo que te gusta la literatura... no te pega nada, de las Heras- reí por primera vez.
-Hay muchas cosas de mi que te sorprenderían- dijo mirándome fijamente a los ojos, por primera vez con una proximidad de su cuerpo que hizo que se me acelerara el pulso.
-Y bueno- carraspeó apartándose- tienes en las manos el único libro que no he leído.
-De hecho, es mi poemario favorito- contesté mirando la encuadernación de "20 poemas de amor y una canción desesperada", de Pablo Neruda- deberías darle una oportunidad.
-Supongo que lo haré, Olivia- contestó con un tono grave.
El silencio pesaba fuertemente en la habitación. Nunca jamás había tenido una conversación que no fuera a modo de pulso o discusión con aquel chico de cabello lacio y castaño, y labios gruesos. Y mucho menos había estado casi rozando mi mano contra la suya, ambas reposando sobre nuestras respectivas piernas.
-Bueno...- dije dirigiéndome al escritorio- acabamos con el dichoso trabajo de una vez.
Pero el no me siguió.
-Olivia... ¿tregua?
Tomé aire.
-Pablo... Tregua.
Nos dimos la mano, pero lo sostuvimos observándonos por unos segundos que se hicieron eternos.
Y sin soltarme, me habló gravemente:
-Olivia, ese Santi... No es trigo limpio.
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Solo nos quedó Neruda
Romance"Aunque este sea el último dolor que ella me causa, y estos sean los últimos versos que yo le escribo". Olivia y Pablo han sido enemigos eternos desde el colegio, pero todo cambia cuando... No, no cuando se enamoran, si no cuando se hacen los mejor...
