CAPÍTULO DIEZ: Lo nuestro no va a funcionar

260 36 28
                                    

Todo a su alrededor parecía evaporarse, y solo quedaban ellos dos.

Enzo y Julián, Julián y Enzo.

La mirada de su amigo era determinante, su sonrisa destellante y los gestos de su cuerpo firmes. Parecía dispuesto a todo o nada, como si supiera que si no hablaba en ese momento no lo iba a poder hacer nunca más.

"No"

Ante su exclamación, la sonrisa de su rostro se borra, sus ojos se abren y todo su cuerpo se inclina hacia adelante, buscando sostén en Julián.

"¿Cómo?", y tose al preguntar, como no creyendo del todo lo que ha escuchado.

"No, Enzo. No, no y no. No puedo- No". Su respiración comienza a cortarse, y lo que parecía parado (los ruidos, las imágenes, el mundo) se resume de golpe al mismo tiempo y sus sentidos se sienten invadidos por la vorágine del alrededor. El olor a pólvora es fuerte en el aire, los gritos de la gente en la calle saludandose un caos y el enganchado de cumbia sonando en el parlante suena más fuerte de lo que recordaba.

"Julián, por favor, respirá. Tranquilo"

Enzo intenta tocarlo nuevamente pero él se corre, huyendo a su tacto como quien huye del fuego. "No puedo hacer esto, Enzo. No ahora, y creo que nunca"

Sabe que cada palabra hiere al otro hombre, lo puede notar claramente en su mirada y en el tono de sus palabras, pero es la realidad: él no puede estar en una relación.

Nunca tuvo una pareja en el literal sentido de la palabra, su experiencia más cercana fue justamente con Enzo pero pensó que estaba claro que nunca iban a ir más allá por el hecho de que su amistad traspasaba cualquier otro tipo de relación. Y lo que tuvo con Jack, Rúben y Erling no califica como nada, porque lo menos que se puede llamar a eso es 'relación'.

Entonces, en base a su pasado inexperto, su presente caótico y su futuro incierto, no piensa que pueda estar en algo serio con otra persona, dedicando tiempo específico a ello cuando otras cuestiones le exigen más focalización.

Porque además, hay otra cuestión, una de la cual no pensó jamás hablar en voz alta pero que la situación de este momento lo empuja a ello: Julián no ama a Enzo. Al menos románticamente.

¿Es su amigo de años? sí, y lo aprecia y quiere como uno pero no se puede ver ni ahora ni en el futuro estando en pareja con él. Y aunque signifique lastimar sus sentimientos, prefiere que la verdad se sepa ahora a que más luego, cuando todo sea más complicado.

"Julián", y el joven se ríe de manera medio sarcástica ante su comentario. "Capaz que estás confundido y no me entendiste-"

"No, si te entendí y estoy seguro de mi decisión. No es no. NO quiero y NO puedo estar en una relación con vos. No creo que este sea el momento, y pienso que ambos estamos muy desbordados emocionalmente como para-"

Y Enzo se abalanza sobre él y lo calla con un beso. Beso que Julián rompe enseguida empujando su cuerpo lejos del suyo. "¡Estás loco! ¿¡Qué parte no entendiste!?", dice ya enojandose.

"¿En serio me vas a rechazar a mí?", y la mirada de niño enamorado que tenía unos minutos atrás, ahora era reemplazada con un pozo oscuro que enturbiaba sus facciones. "¿En serio me vas a rechazar a mí? ¿Vos te das una simple idea de lo que significa criar un hijo solo?"

"Lo sé, pero no soy el primero ni seré el último"

"No, Julián, no lo sos. Pero parece que no estás del todo al tanto sobre las cosas que te dicen, de las cosas que piensan sobre vos. La mitad de los jugadores te tienen lástima como si fueses un perro al que abandonaron al costado de la ruta, y te ven como un pobre diablo que está al borde del retiro temprano. La otra mitad piensa que sos una puta, y que si ahora te abriste de piernas por uno lo vas a volver a hacer otra y otra y otra vez".

Siente la comida y bebida que consumió durante la noche subir por la boca de su estómago, y sus nervios encenderse en todos los extremos de su cuerpo. Se tapa los oídos ante los ruidos de la pirotecnia, de su celular que no para de sonar desde que el reloj tocó las 12 y de las palabras cargadas de veneno de la persona enfrente suyo.

"¡No me importa!", grita desesperado. "¡No me importa lo que piensen y lo que me digan! ¿Te pensás que soy boludo acaso? ¿Qué no ví la cantidad de mensajes de jugadores con quienes jamás crucé palabra siquiera diciendome barbaridades?". Ahora las lágrimas ya se fugan de sus ojos, y no le importa guardar ninguna forma porque todo en ese momento le importa una mierda ya. Camina hasta donde está parado Enzo y lo apuñala en el pecho con su dedo índice. "Tuve que amenazar a varios con filtrar sus mensajes si seguían diciendome las cosas que me decían, y me callé y seguí adelante porque ya no soy más el chico de la pensión de River que no puede decir dos palabras seguidas sin mirar a alguien a los ojos. Entendé que me puedo cuidar solo"

Ante esas últimas palabras, la cara del bonaerense parece cambiar, como si una ficha le cayera. Y aprovechando el momento, Julián prosigue. "Creé que sé mejor que nadie todo lo que significa tener un hijo solo. Todos los días me despierto y me mentalizo que va a ser un camino largo y solitario, pero nunca me arrepentí de la decisión que tomé porque fue una decisión que tomé YO. Del afuera puede parecer que estoy loco, y capaz que lo estoy realmente, pero no voy a poner en riesgo lo único propio que tengo ahora por cuestiones del momento"

"...¿Vos pensás que mi amor por vos es algo del momento?", la voz de Enzo es apagada, como conteniendo las lágrimas.

"No, pero tampoco pienso que sea tu parte racional la que habla"

Ante eso, ambos se quedan callados. Están cara a cara, y las luces del patio y la pileta no dejan esconder ningún rasgo de estas. Cada uno siente que puede por fin entender lo que el otro quiere decir sin hablar, y mientras Julián relaja sus hombros nota que Enzo baja su guardia al no tener más el ceño fruncido ni la mandíbula apretada.

Se quedan así entonces, sin decir nada y dejando que el ruido del festejo los invada.

"Entonces...Entonces mejor me voy", dice primero el bonaerense. Camina hacia la mesa para tomar su celular y se dirige hacia el interior de la casa. Julián lo mira y lo llama una última vez.

"Enzo"

El joven se da vuelta y espera a sus próximas palabras. "Gracias de todas maneras, por ser un gran amigo"

La sonrisa que le dedica ante la frase es apretada , de labios cerrados. Con eso se da vuelta y desaparece de su vista.

Julián siente que puede volver a respirar después de mucho tiempo una vez no ve más su espalda, y camina también hacia la mesa para tomar su celular y su champagne olvidado. Observa la pantalla de este iluminarse con notificaciones de saludos que le llegan desde todos lados, y se quita las zapatillas y los zoquetes para sentarse al borde de la pileta y poner los pies dentro de esta. Continúa sorbiendo de su copa cuando siente que una llamada le entra.

'Número desconocido'

Observa los fuegos artificiales explotar en el cielo a través del reflejo del agua, y se permite cerrar los ojos y caer acostado en el pasto del patio, imaginando que está solo en el mundo y que puede hacer lo que quiera. El celular sigue sonando en su mano derecha, y por un momento -uno muy pequeño y fugaz- piensa que quizás deba contestar y escuchar él sin hablar.

Pero luego siente a su familia volver dentro de la casa, y las pisadas apresuradas de su sobrina le sacan una sonrisa, haciendo así que vuelva a abrir los ojos y se levante del piso sacudiendose la mugre de la ropa.

Cuando toda su familia está presente nuevamente, les dice con un tono orgulloso:

"El bebé pateó"

Y por el resto de la madrugada festejan por los que no están y los que van a venir.

PUEDE SER {JULIÁN ÁLVAREZ CENTRIC} [ABANDONADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora