El comienzo de todo. Capitúlo 1

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Cómo en tan bella mañana Camila sale a caminar por las calles de su cuadra, se detiene y rocoge unas flores para su colección.
Todas las mañanas iba al hospital Psiquiátrico de su barrio, donde visitaba a su madre. Ella sufría de una enfermedad mental llamada: Trastorno de la personalidad multiple.
Parte de aquellos ramilletes que Camila recogía, se las entregaba a su madre cada mañana. En una de aquellas la joven olía sus ramos con dulzura, hasta que por accidente chocó con uno de los enfermeros, al cual, debido al choque se le cayeron unos papeles. Camila apenada juntó rápidamente aquellas hojas y se las entregó al joven.
Él enfermero la observo con detenimiento y ella se disculpó por lo sucedido.

- No se preocupe, señorita, pero digame ¿Qué hace una mujer tan bella como usted en este lugar? - Le preguntó el gentíl hombre.

- Vengó de visitar a mi madre, que se encuentra en la habitación B-03, Doctor. - Le contestó la muchacha.

- Me llamo Gabriel. Un gusto, señorita. - Le sujetó la mano y le dió un suave y pequeño beso sobre ella-

-Bueno, Gabriel, debo irme. ¿Creé que lo vuelva a ver? - Le pregunta avergonzada.

Él queda en silencio y con una voz suave le contesta: "Por supuesto que sí".

La bella Camila vuelve a su hogar y pone sobre una mesa todas flores que recogió; busca entre su desorden una maseta y al encontrarla la apoya sobre la superficie de madera, casí rota. Sin importarle el color, la raza o la vejez de cada planta, ella coloca tierra dentro de la maseta y luego pone las flores; las riega y se sienta sobre una silla desgastada.

Camila, una mujer de veinte años, pelirroja, con escasa grasa y masa muscular; de 1.68 metros de alto, de piel blanca y con cortadas sobre sus muñecas comienza a reflexionar sobre su vida y observa la casa que, en su momento era de su madre. Ve el piso desgastado y roto en algunas partes; las sillas que tenían el respaldo sin unos de sus pedazos, la puerta de la habitación donde su madre era una persona totalmente distinta y golpeaba a sus otros hijos hasta dejarlos inconscientes. Toda una vida donde ella fue testigo del trastorno de su madre, y nunca supo cual de todas esas personas era ella verdaderamente.

Estocolmo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora