En el centro médico del Gremio, a Nina la instalaron en la unidad de cuidados críticos, a Érik y a Sion les pusieron en la misma habitación en observación y a Lily le prepararon su propia estancia. La maga fue la primera en despertar.
En cuanto lo hizo, arrugó el gesto al ver a Kaufman, sentado en un sillón a su lado y con las piernas cruzadas en su típico talante altivo.
—Ni se te ocurra decir nada —dijo la chica con una mueca mientras se reclinaba.
Él alzó una ceja con exagerada perplejidad.
—¿Ni siquiera para alabar tu trabajo? Tendrías que escuchar los cuchicheos de los demás sanadores, los has dejado fascinados. Realmente tienes capacidades extraordinarias, Lily, y soy yo el que lo está diciendo.
La adolescente bufó y sacudió la cabeza.
—Aún tengo mucho que mejorar. El miedo a perderla... me paralizó. Y estuve a punto de que ese miedo se cumpliera. —Apretó un puño y frunció el ceño—. No volverá a pasar. Quiero terminar mi entrenamiento.
—Cuando quieras empezar, sabes dónde encontrarme.
Se levantó dispuesto a irse, pero antes de darse la vuelta se detuvo y comenzó a rebuscar en el anticuado chaleco con el que había sustituido su usual gabardina.
—Ah, por cierto, Keo quería darte esto. —Con un ademán despreocupado le entregó el diario de Eliaan y al verlo la chica parpadeó varias veces con sorpresa. Se mantuvo paralizada durante unos segundos antes de quitárselo de las manos con rapidez.
—¿Por qué lo tienes tú?
Con una sonrisa de diversión le relató lo que había ocurrido y añadió algo de lo que se había enterado. El Maestro Édir Callan había sido atacado por demonios, en su propio apartamento y también se encontraba ingresado. Al parecer habían destrozado por completo el piso.
Lily empalideció y se llevó una mano a la cabeza, aunque él sólo se encogió de hombros. Al menos... Ahora sabían cómo demonios se habían hecho con el diario de Ángel.
—¿Está bien?
—Mejor que vosotros, eso seguro. Necesitaréis un caso contundente para darle la vuelta a la situación. Parece que el Consejo tenía el ataque todo planeado. —Señaló el libro con el mentón antes de darse la vuelta y despedirse con un ademán lleno de indiferencia—. Deberías mantenerlo a buen recaudo, por si acaso.
En la sala sólo se escuchaban las suaves respiraciones de Sion y Érik, estables, regulares, recuperándose. En un sillón pegado a la pared, frente a las dos camas, se encontraba Lily con el reluciente diario en el regazo. Lo contempló con la mirada perdida mientras lo acariciaba con un pulgar.
La antepasada de Nina, la creadora de la Barrera... Eliaan... Todo este tiempo había estado en contacto con ella, había estado viva... Sintió que la frente comenzaba a palpitarle, así que dejó el cuaderno a un lado y aclaró su mente con un suspiro.
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El Legado Salazar III - El verdadero poder
FantasíaDurante más de ocho años, desde que se unió al Gremio, la maestría había sido la meta de Nina. Conseguirla tendría que haber sido un momento increíble, pero nada más lejos de la realidad. No hay cabida aún para celebraciones. No cuando la...