Capítulo 11 

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Suposición a priori (s.): Una suposición que es cierta, sin más pruebas o necesidad de demostrarlo.

Jimin

Me desperté a la mañana siguiente hecho un manojo de nervios, completamente aturdido.

No podía creer que Yoongi se encontrara en Nueva York, no podía creer que hubiera admitido que me extrañaba en los escalones de mi entrada la noche anterior.

Verlo de nuevo despertó todas mis emociones, y aunque le dije a Taemin que Yoongi y yo habíamos terminado, pasé el resto de nuestra cita la noche anterior pensando en él.

Él y su perfecto traje. Él y sus perfectos labios que casi se presionaron contra los míos cuando discutimos. Y, vergonzosamente, él y su perfecta polla que sentí endureciéndose en sus pantalones mientras me llevaba a la pista de baile.

¡Ugh!

Me levanté de la cama y le envié a Taemin un mensaje de texto. Hoy es mi día privado con Ashcroft... ¡Deséame suerte!

Su respuesta llegó de inmediato. ¡Buena suerte, nene! Consigue un poco de café, lo vas a necesitar...

Deslizándome en la ducha, me regañé a mí mismo. —Taemin es un amor y es bueno para ti... Puede apestar en el sexo telefónico, y puede que no tengas ningún deseo de dormir con él en este momento, pero te trata mejor de lo que nunca has sido tratado antes.

Cuando estuve arrugado y como una ciruela pasa, salí y comprobé la hora.

04:30 a.m.

Tenía veinte minutos para llegar a la estación de metro más cercana y evitar la ira de Ashcroft. Colocándome unos pantalones viejos, agarré mi bolso de ballet y cogí mi abrigo de la barandilla que había en el pasillo. Registré dos veces mi monedero para comprobar que tenía el pase del metro, y cuando abrí la puerta, me encontré cara a cara con un extraño y una taza de café humeante.

—Buena suerte en la práctica de hoy —dijo, entregándomelo—. Esto fue hecho especialmente para usted.

—¿Desde cuándo las tiendas de café hacen entregas a domicilio?

Se encogió de hombros. —No lo hacen.

Me quedé mirando la taza mientras se alejaba, notando que mi nombre se hallaba grabado encima de la crema batida en caramelo, con "Buena suerte" escrito en letra cursiva en la etiqueta.

Era una firma del tipo "movimiento dulce de Taemin", y de inmediato me sentí culpable por no darle toda mi atención anoche. Mientras caminaba hacia el metro, bebiendo lo que era sin duda el mejor café que había probado, me prometí darle toda mi atención de aquí en adelante.

Borré todos los viejos textos y correos electrónicos de Yoongi, incluso los que había fingido borrar al colocarlos en el archivo. Bloqueé su número, evitando que sus llamadas entraran, y aunque no podía bloquear sus correos, cambié la configuración de mi bandeja de entrada para que pudieran ir directamente a mi carpeta de no deseados.

Cuando por fin llegué a la práctica de la mañana, bailé mejor que lo que jamás había bailado antes.

***

Más tarde esa noche...

— ¿Cómo encuentras el tiempo para tomar el metro justo a tiempo para encontrarte conmigo en la práctica y acompañarme a casa? —Miré a Taemin cuando cruzamos la calle—. ¿Dónde encuentras la energía?

—Hago tiempo para todas las cosas que realmente me gustan. —Me besó la frente.

—¿Quieres ver una película este fin de semana? ¿Mi recompensa? Te debo una...

DR vol. 3 - YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora