Cap.1 -Memorias. Me gustas ¿te gustó?

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Me observé en el espejo nerviosa por confesarle mis sentimientos, sabía que el podía sentir lo mismo que yo,hablo de ese sentimiento donde miras solo a esa persona y el corazón se acelera, dónde piensas que es guapo y que quisieras estar con esa persona todo el tiempo.
Durante 2 años fuimos amigos y eventualmente desde antes me gustaba pero ahora no solo me gusta su físico si no "el", su presencia, su olor, su personalidad y su compañía.
Hoy nos íbamos a ver , estaba decidida a confesarle mis sentimientos, así que hoy me arreglaría lo más linda posible para que las posibilidades de que me rechazara fueran pocas .
Claro que siempre existe la posibilidad de que me rechaze y me diga algo como, "tu a mi no me gustas","mejor como amigos", "no sabía que sentías eso por mi", "ya no hablemos más", tenía miedo pero cuando el egoísmo y posesividad de pensar que el se podría enamorar de alguien más o que hiciera pareja con otra persona que no fuera yo me entristecía más, así que me decidí un poco más como un 80%.
Tome mi bolso con mi celular para poder decirle a mi mamá que ya estaba lista para que me llevará a el lugar donde me encontraría con el dueño de mis pensamientos.
-Ya estoy lista mamá-conteste.
-Vamos entonces -me dijo mientras colocaba la llave en la moto.
Estoy realmente emocionada por saber que va a pasar después de confesarme, esa electricidad por mi cuerpo que no me suelta.
Preguntas cruzando por mi mente como "¿Que pasa si me rechaza? ¿Y si me contesta que también le gustó? ¿Y si no tengo la fuerza para confesarme? ¿Que pasa si me besa?".
Ese tipo de preguntas locas y divertidas cuando estás a punto de confesarte, aunque estoy segura que sea como sea está será la mejor decisión que tome, ¿Verdad?.
Al llegar al lugar acordado, lo veo, ese joven lindo, con cabello largo castaño, labios rosas, piel pálida y ojos color miel.
Se acerca a mi y yo me quedo atónita pensando en lo mucho que me gusta.
-Hola señora -dice saludando a mi mamá.
-Hola Aicar, te la encargó diviértanse -responde con una sonrisa de oreja a oreja.
-Adios -me despido de mi mamá y ella arranca la moto para irse.
-Hola Aicar -respondo con nervios, tanto nerviosismo que las ganas de correr llegan de pronto mientras un escalofrío a su vez me recorre el cuerpo.
-Hola señorita -responde con una sonrisa que me pone en un transe viéndolo a el y solo a él pensando en lo hermosa que es su sonrisa.
-¿Que hacemos ahora? -pregunto con felicidad.
-No se, ¿Quieres algo de tomar?
-me responde con un semblante serío mientras esboza una sonrisa y deja ver ese hermoso hoyuelo del lado derecho.
-¡Claro, un agua de fresas con horchata ! -digo con entusiasmo y nerviosismo.
Sin embargo para ocultar mis sentimientos que claramente eran muy notorios, pues no dejaba de mirarlo, me decido a empujar un poco mi brazo contra su brazo.
Se puede ver qué el se pone nervioso y solo se ríe un poco.
Mientras caminamos directo a la paletería a comprar las aguas, toda mi mente solo se concentra en como y a qué hora me confesaré.
-Tierra llamando a Ara ¿estás ahí?
-me dice de forma burlona.
-Si claro aquí estoy parece que no puedes vivir sin mi verdad
-respondo riéndome.
-Obviamente pequeña -me responde mientras me frota el cabello suavemente.
-Pide lo que vas a querer -me dice
-Okey...un agua de fresas con horchata por favor -contesto aún nerviosa por como hubo contacto y su forma de tratarme como si fuera una niña pequeña.
Pero a la vez aún perdida pensando si será correcto confesarme o simplemente será mejor no decir nada para no ser rechazada o simplemente para que nada se pierda por qué si esto no saliera bien, nuestra relación cambiaría mucho y perderíamos nuestra amistad.
-A mi un agua igual por favor
-dice mientras saca el billete para pagar.
-Gracias -dice cuando nos dan las aguas y el cambio.
El nunca me deja que pague, siempre me invita y aunque me da vergüenza que me pague las cosas yo se que no dejaría que yo lo pagará porque ya lo he intentado y sin éxito, así que solo acepto ese tipo de detalles de el.
Salimos de la paletería y nos dirigimos a sentarnos en un lugar tranquilo donde podamos conversar.
Llegamos a una banca en la que nos sentamos y comenzamos a charlar sobre nuestra semana y cosas importantes, sobre nuestras familias y problemas,sobre los estudios y después de un rato de risas el espacio queda en silencio y las aguas que compramos vacías.
En ese momento mis pensamientos me dicen que es momento de decirle lo que siento, pienso que vida solo hay una y si me va a rechazar lo va a hacer tarde o temprano y nimodo, así que con todas las fuerzas y valentía que tengo abro la boca y le digo.
-Aicar ay algo que quiero confesarte realmente...
-digo con el corazón a mil por hora y el estómago revuelto por las emociones, además de esa adrenalina pura recorriendo mi cuerpo.
El espacio se queda en silencio un poco, y yo sigo pensando si decirle o no y simplemente huir como cobarde, pero eso implicaría no hacerle caso a mis sentimientos y de pronto como si el lo supiera rompe el silencio.
-Yo la verdad también tengo que decirte algo pero tú primero -me responde con duda.
-Okey escucha, yo solo quiero ser sincera, se que si no lo hago ahora jamás me atreveré y no quiero un día pensar "porque no se lo dije" o "que pasaria si",hace tiempo la verdad tengo un sentimiento por ti, cada que te veo mi corazón late fuerte y me dan ganas de nunca soltarte, de abrazarte y tener algo lindo, es decir que me gustas y quizá me rechaces y quizá nada vuelva a ser igual, yo solo quería que lo supieras.

Abrazada a ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora