No soy dueño de Naruto o Percy Jackson & The Olympians
El amor de un padre – Capítulo 28
"¡Eres tan lindo!" gorjeó Lacy mientras abrazaba al Chimuelo que se retorcía cerca, "Eres el pequeño dragón más lindo del mundo. ¡Sí, lo eres! ¡Sí, lo eres!" Ella se rió cuando el dragón le lamió la nariz, sus brillantes ojos verdes la miraron con asombro. "¡Voy a tenerte por siempre jamás! ¡Vamos a ser los mejores amigos por siempre jamás! ¡Te amaré por siempre jamás!"
"Lacy, bebé", llamó Afrodita en voz baja, "¿Entiendes lo que estamos tratando de decirte?"
"¡Eres demasiado lindo! ¡Sí, lo eres! ¡Sí, lo eres!" Lacy se rió mientras se dejaba caer al suelo, rodando mientras abrazaba a su dragón cerca, aplastando al pequeño Ichibi en sus brazos. "¿Tienes hambre? ¿Qué quieres comer? ¿Quieres algo de pescado?"
"Sí, ella ni siquiera está escuchando", cedió Afrodita, "Démosle un poco de tiempo".
Naruto sonrió, "Bueno, supongo que deberíamos haber esperado esto". Cogió la mano de Dita y le besó los nudillos antes de tirarla sobre su regazo. "Ella ha estado obsesionada con esa caricatura del dragón desde que era una niña pequeña, debe haberla visto al menos cien veces". Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Dita y la abrazó, besándola en la mejilla. "También he visto esa caricatura periféricamente al menos cien veces. Sé mucho sobre Toothless, debo haber hecho que el Ichibi inconscientemente se vea exactamente como él".
Afrodita se rió y besó a Naruto suavemente, mordisqueando sus labios, "Le acabas de dar a nuestra niña el mejor regalo posible. Realmente amará a ese dragón para siempre, y tendrá un guardián poderoso a cambio". Apoyó su frente contra la de Naruto, "Ahora, si tan solo pudiéramos llamar su atención. No creo que nos escuche pronto".
Besó su nariz, acariciando su suave cintura, "Está bien". Sonrió mientras miraba hacia el otro lado de la sala de estar, "Ya tenemos las manos ocupadas con nuestra otra princesita".
A un lado, Athena estaba ocupada con su propia hija.
"Tómate tu tiempo con esta nueva información, Annabeth". La Diosa de la Sabiduría sostuvo suavemente las manos de su pequeña niña: "Este cambio tiene implicaciones amplias y extensas, y es mucho para procesar, pero debería responder la mayoría, si no todas, las preguntas en tu mente".
Annabeth miró fijamente a los ojos grises de su madre, sus manos aún acariciaban distraídamente las tres cabezas de Fluffy. "Esto significa..." Sus ojos se abrieron como platos mientras se quedaban en blanco en un profundo pensamiento, "Esto significaría..."
"Sí, cariño." Athena besó la cabeza de su hija, pasando sus dedos amorosamente por sus rizos de princesa. "Todo es real. Hay un mundo más allá de la comprensión humana que se encuentra justo debajo de la superficie de la realidad. Está oculto a la vista, protegido de la ignorancia y la arrogancia humanas. Pertenece a lo divino, que es lo que eres. No eres un chica humana, mi amor. Eres una diosa inmortal, y tienes un potencial que excede incluso el mío".
"Entonces", susurró Annabeth, "tú eres en realidad... la diosa Atenea, ¿mamá?"
"Soy."
Annabeth se volvió hacia sus otros padres, y Naruto y Afrodita se unieron rápidamente a su lado, abrazando suavemente a la niña. "Mami..." le susurró a Dita, "¿Eres la verdadera diosa Afrodita?"
Dite asintió, "Lo estoy, cariño".
"¿Papá?" Annabeth miró a Naruto, "¿Tú también eres un dios?"
"¿Sí, algo así?" respondió él, haciéndola fruncir el ceño. "Soy alguien a quien llamarías Primordial". Naruto besó suavemente el cabello de su princesa, atrayéndola cálidamente hacia sus brazos, "Al igual que sus madres, también soy inmortal, pero comencé como humano. A través de mucho tiempo y dificultades, me volví inmortal. Luego conocí a sus madres, y tú y Lacy nacisteis. Gracias a nosotros, tanto tú como Lacy también sois diosas inmortales.
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El amor de un padre
FanfictionSer padre soltero con dos niñas pequeñas ya es bastante difícil, pero cuando hay monstruos que intentan matarlas todos los días, es aún peor. Bueno, los ama más de lo que se ama a sí mismo, por lo que solo tendría que esperar lo mejor y orar a las m...