En el umbral de los cuartos de final, Zee y Nunew, compañeros de equipo en el fútbol, enfrentan tensiones crecientes. Los conflictos y malentendidos culminan con la renuncia de Nunew. ¿Podrá el equipo superar los cuartos de final, llegar al campeona...
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—New, cálmate. Él solo está de mal humor hoy... —mencionó Jimmy, tratando de calmar el creciente enojo de su amigo, quien pateaba con rudeza el balón contra el arco, harto de los regaños de su capitán.
—¿Y eso qué tiene que ver conmigo? No porque sea el capitán se supone que debo aguantar sus gritos por cada cosa que él cree que está "mal" —aclaró el delantero, tomando asiento en el césped.
—Ahora que lo pienso, siempre tuve curiosidad y quise preguntar, pero ¿Cómo fue que llegaste a estar en el equipo de fútbol si se nota que tú y Zee no desean verse ni en pintura? —preguntó el alto joven, sentándose a su lado, dispuesto a escuchar lo que parecía sería una larga historia.
—Todo fue culpa del orgullo... —respondió Nunew, comenzando a recordar aquel día.
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(...)
Todo sucedió hace menos de un mes. Nunew era un jugador del equipo de baloncesto, uno no precisamente oficial debido a su falta de interés por pertenecer a un club.
Era reconocido como un asombroso jugador, a pesar de jugar solo ocasionalmente, cuando quería o cuando el equipo lograba convencerlo de participar con ellos en los torneos importantes.
A pesar de ser un gran deportista y un destacado alumno, nunca mostró un verdadero interés por nada en particular. Hasta aquel día en que un pelinegro alto hizo la primera aparición en su vida, persona que el capitán del equipo de fútbol y acababa de expulsar al delantero del equipo por su pésimo comportamiento y faltas a los entrenamientos.
—Dime que tienes un plan porque estamos a un mes de que comiencen los cuartos de final y acabamos de perder a nuestro delantero que, si era un patán, pero sin duda era uno de nuestros mejores jugadores —habló Boun, secando con una toalla las gotas de sudor que se deslizaban por su atractivo rostro.
