Capítulo 2: La cita

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Lucía y Martín se quedaron hablando en la cafetería durante más de una hora. Se contaron sus vidas, sus sueños, sus gustos y sus disgustos. Se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, pero también muchas diferencias. Lucía le enseñó a Martín a ver el lado positivo y divertido de las cosas, y Martín le enseñó a Lucía a ver el lado realista y práctico de las cosas. Ambos se sintieron cómodos y a gusto con el otro, y se hicieron muchas preguntas y bromas.

- ¿Y qué signo del zodiaco eres? - preguntó Lucía con curiosidad.

- Soy Capricornio - respondió Martín con seriedad.

- ¿Capricornio? - exclamó Lucía con sorpresa - Qué casualidad. Yo soy Libra.

- ¿Libra? - repitió Martín con extrañeza - Qué curioso.

- ¿Por qué? - preguntó Lucía con interés.

- Porque dicen que los Capricornio y los Libra son signos opuestos y complementarios - explicó Martín con lógica.

- ¿Y eso qué significa? - preguntó Lucía con confusión.

- Significa que tenemos personalidades muy distintas, pero que nos podemos entender y equilibrar - dijo Martín con claridad.

- ¿Ah, sí? - dijo Lucía con incredulidad - ¿Y cómo lo sabes?

- Porque lo he leído en internet - dijo Martín con sinceridad.

- ¿En internet? - dijo Lucía con diversión - ¿Y te crees todo lo que lees en internet?

- No, claro que no - dijo Martín con firmeza - Pero me parece interesante conocer las características de cada signo y ver si coinciden o no con la realidad.

- Bueno, pues yo no creo mucho en esas cosas - dijo Lucía con indiferencia - Pero me parece divertido jugar con ellas.

- ¿Y qué te parece si jugamos a algo? - propuso Martín con audacia.

- ¿A qué quieres jugar? - preguntó Lucía con curiosidad.

- A ver si somos compatibles según nuestro signo - sugirió Martín con picardía.

- ¿Y cómo hacemos eso? - preguntó Lucía con intriga.

- Pues... podríamos salir juntos y ver qué pasa - dijo Martín con nerviosismo.

Lucía se quedó boquiabierta ante la propuesta de Martín. No se esperaba que él fuera tan directo y atrevido. Se preguntó si él estaba bromeando o hablando en serio. Se preguntó si ella quería salir con él o no. Se preguntó qué pasaría si salían juntos o no.

Martín se quedó expectante ante la reacción de Lucía. No sabía si ella se iba a ofender o a alegrar. No sabía si ella iba a aceptar o a rechazar. No sabía qué pasaría si ella aceptaba o rechazaba.

Ambos se quedaron en silencio, sin saber qué decir ni qué hacer. Solo se miraban a los ojos, intentando descifrar lo que el otro pensaba y sentía. Se creó una atmósfera de tensión y expectativa entre ellos, que ninguno de los dos quiso romper.

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