𝐓𝐇𝐄 𝐓𝐘𝐑𝐀𝐍𝐓'𝐒 𝐖𝐈𝐅𝐄 | 𝐖𝐌𝐌𝐀𝐏

𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑 𝐀𝐂𝐓𝐎 | 𝟎𝟎

"Sí, te desprecio, ¿es lo que querías oír, verdad? Entonces, si ya estás satisfecho, deberías cumplir mi deseo."

— De Clara a Athanasius.

"Un matrimonio político", fue lo que le ofreció aquel hombre de cabellos dorados como el sol y ojos azules cual joya preciosa. Realmente, fue un contrato lo suficientemente tentador como para que Clara aceptara la propuesta. No se trataba de un matrimonio político cualquiera, sino de uno con el emperador del imperio más grande, fuerte y poderoso de todo el continente. Finalmente, podría dejar atrás Vermillion, convertirse en emperatriz y asegurarse una vida cómoda hasta el final de sus días. Era perfecto.

Sin embargo, lo que no fue perfecto fue la feroz oposición de su familia. La realeza de Vermillion nunca había sido una familia unida. De hecho, entre todos los miembros, Clara era sin duda la más despreciada. Su padre la había evitado desde su nacimiento, sus hermanas mayores eran bastante frías y distantes, y jamás había cruzado más de dos palabras con sus hermanos mayores. Entonces, ¿por qué cuando finalmente tenía la oportunidad de escapar y dejar atrás esa horrible familia y el reino en el que estuvo atrapada durante 16 años, todos comenzaron a oponerse? No lo entendía, y tampoco quería entenderlo. Si su padre y sus hermanos se oponían a la boda, simplemente no debían asistir al matrimonio. Clara se convertiría en la esposa de Athanasius, sin importar cuál fuera el costo.

Por ello, a tan solo una semana de la fecha de la boda, Clara logró escapar de Vermillion. No llevaba consigo más que la ropa de su fuga y el anillo de compromiso que Athanasius le había dado. Su futuro esposo le había indicado que escapara sin pertenencias, y que, al llegar a la salida del palacio de la familia real, encontraría un carruaje esperándola para llevarla a Obelia, donde su futuro esposo se encargaría de reemplazar todo lo que ella había tenido que dejar atrás. Clara no necesitaría nada de lo que tenía en Vermillion, después de todo, estaba destinada a ser la emperatriz de un gran imperio. Aunque tal vez, en retrospectiva, esa no había sido su mejor decisión.

Sin embargo, en ese momento, lo que pudiera depararle el futuro no cruzaba por su mente. Solamente estaba pensando en su futura y maravillosa boda, en el lindo vestido blanco que usaría, las joyas preciosas y la atención que recibiría ese día. Incluso por su mente llegó a pasar la imagen de los hermosos niños que tendría. No pensó que su destino tomaría un giro tan inesperado.