CAPÍTULO 1

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"TEMPESTAD"

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           Mictia tomó una gran bocanada de aire, de tanto esfuerzo se lo merecía. Pero ya había descansado lo suficiente, era momento de levantarse y acercarse a su destino como debía de ser. Se puso de pie sin más y tomó su mochila, llevándosela a la espalda nuevamente para luego empezar a caminar, cruzando por el puente y quedando finalmente frente a la puerta de aquella tan bonita casa en la montaña.

           Más de cerca se dio cuenta que el patio tenía un pequeño laguito, junto a este unas cañas de azúcar que le daban un bonito decorado. Era realmente bonito, aunque se notaba también un poco descuidado. Bueno ¿Qué podía esperar de dos chicos? Seguramente se la pasaban más tiempo afuera peleando con monstruos y de aventuras, claramente no iban a tener tiempo para cosas como estas.

          En fin, soltó un pequeño suspiro y con una gran sonrisa se dispuso a tocar la puerta, con suficiente fuerza por si estaban arriba o en algún extremo de la casa donde casi no se alcanzara el sonido.

— ¡Buenas, buenas! ¿Hay alguien? — alzó la voz mientras tocaba la puerta y esperó... Más no recibió ninguna respuesta. Esperó un poco más en silencio, pero igual nada. Intentó una vez más — ¿Hola? ¿Chicos? ¡Soy yo, Mictia! —

           Esperó nuevamente, pero el silencio era abrumador, si no es que pesado. Por alguna extraña razón, el no recibir ninguna respuesta le empezaba a incomodar ¿Por qué? Es decir, capaz estaban de aventuras o algo. Ellos son chicos fuertes, los conoce, sabe que se pueden meter en problemas, pero de alguna u otra forma se escurren como cucarachas para salir con vida ¿Por qué sentiría preocupación?

           "Tranquila, Micti. . . Estás sobrepensando las cosas. . ." pensó y nuevamente suspiró tratando de tranquilizarse ". . . Si, seguramente están fuera. Capaz incluso la puerta está cerrada." pensó nuevamente solo para llevar su mano a la perilla de la puerta para comprobar su teoría y giró de esta en espera de que estuviera cerrada, sin embargo... Se abrió.

           Sus ojos se abrieron con cierta sorpresa: La puerta estaba abierta. Pero ¿No había nadie? Bueno, eso era un descuido de su parte si es que habían salido... Pero nuevamente sintió esa incomodidad. Tragó en seco tratando de quitárselo de encima y con cuidado abrió la puerta despacio, siendo solo el chirrido que de las bisagras emitían lo que haría eco por toda la casa.

— Uhm. . . ¿Chicos? — trató de hacer un último intento por recibir alguna respuesta, mientras se adentraba despacio a la casa, sintiendo como una fuerte y helada brisa corría helando su rostro y haciéndole recorrer un escalofrío por la espalda. Sabe que capaz no sea lo correcto, pero algo dentro de ella le decía que TENÍA que entrar. — ¿Aquino?. . . ¿Duxo? —

           Se adentro solo un poco más a la casa, esta estaba oscura y solo gracias a la luz de afuera fue que Mictia podía ver mejor dentro de ella, dejando que sus ojos se acostumbraran a la falta de luz dentro de esta. Se percató solo entonces de lo desordenada que estaba la casa en realidad. Y no era como un desorden de algunas pocas cosas tiradas o libros desordenados con algo de polvo y así, era más bien como si de plano no le hubieran dado ningún tipo de mantenimiento a la casa por un BUEN tiempo.

           Nuevamente sintió una enorme incomodidad y ahora un enorme peso de preocupación ¿Pero qué siquiera ha pasado aquí? ¿Por qué parece como si un torbellino hubiera arrasado con el interior de este lugar? ¿Quién hizo esto y por qué?

          Mictia, ya lo suficientemente dentro de la casa, se dispuso a explorar en esta en busca de alguna pista o algo que le indicara "¿Qué pasó aquí?" y sobre todo algo que le indique que sus amigos están bien. Dio solo unos cuantos pasos más dentro de la casa y la puerta detrás suyo se cerró casi de un azote por el viento, dando por consecuente que Mictia diera un pequeño sobresalto y solo por pura fortuna se cubrió la boca para no dejar escapar un grito.

— So-solo fue el viento. . . Solo eso. . . — dijo en un susurro para si misma solo para seguir adentrándose lentamente, asomándose por el pasillo que llevaba al Living Room, mirando como el desastre seguía siendo presente. — . . . ¿Aquino?. . . ¿Duxo?. . . —

           Llamó por ellos una vez más, a la par que trataba de al menos mover o recoger algunas de las cosas tiradas que le obstruían el paso. No fue hasta que salió del Living Room y se acercó al pie de las escaleras que empezó a escuchar unos ligeros murmullos.

— ¿Chicos? ¿Están arriba? — cuestionó ahora con un poco más de miedo al respecto, pero subiendo apenas el primer escalón. Tal vez debía salir de ahí ¿Y si no era ninguno de ellos? ¿Y si se trataba de un asesino o algún monstruo que ahora había tomado posesión de su casa? Ella estaría en peligro. Y si, se había traído una espada por cualquier cosa, pero ya estaba un poco gastada por el largo viaje y ya casi no le quedaban muchos recursos para curarse. Debía aferrarse a lo que tenía, así como ahora se aferraba al mango de su espada, blandiendo esta de frente por cualquier cosa.

           Subió dos escalones más muy despacio, como si estuviera caminando por hielo fino. El ambiente se volvía cada vez más pesado por cada escalón que subía y el corazón le corría a mil por la incertidumbre. Aquellos murmullos se hacían ligeramente más audibles y solo hasta que llegó al final de la escalera pudo empezar a percibirlos más como sollozos.

— ¿Qu-quién anda ahí? — su voz ahora se escuchaba quebrantada y sus manos temblaban ligeramente por el miedo. Sentía solo entonces como empezaba a sudar frío mientras más se acercaba al lugar de donde provenían dichos sollozos. Capaz en otro contexto no estaría temblando en sus botines y se mostraría más empática, más por el panorama de la situación, se sentía como en una verdadera película de Terror.

           Llegó a la puerta de la habitación donde dichos murmullos se escuchaban. Se detuvo un momento frente a la puerta, con la espada en mano y las piernas temblando y escuchó detenidamente. Fue solo ahí cuando se dio cuenta de que aquellos murmullos y sollozos se escuchaban algo familiares.

           En fin, ya no había tiempo para detenerse a pensar, tenía que actuar, sea lo que sea que sucediera, tenía que enfrentarlo. Solo en ese instante empuñó fuertemente su espada con un semblante aún algo nervioso pero decidido y delicadamente abrió la puerta de dicha habitación, dando paso a su arma primero y posteriormente su rostro. Había poca luz (estaba todavía más oscuro que los pasillos), pero sus ojos ya estaban lo suficientemente adaptados como para notar que había algo o alguien acostado completamente debajo las sábanas de una de las camas de la habitación, aún emitiendo esos leves pero audibles sollozos.

          Muchos pensamientos cruzaban por su cabeza como "¿Quien podría ser?", "¿Será alguno de sus amigos?", "¿Y si no es ninguno de ellos y esto es una especie de trampa?" y más. Aún así se acercó sigilosamente a la cama, pasando su espada a su diestra y llevando la zurda lentamente a las sábanas para que, después de unos pocos segundos de suspenso, tomar de estas y descubrir finalmente a lo que fuera o a quien fuera que estuviera debajo de estas.

          Estaba lista para lo que sea, incluso blandió su espada por unos segundos por si se tratara de algún monstruo, más se detuvo al instante cuando pudo ver por completo lo que había debajo de las sábanas. Sus ojos denotaron entonces su enorme sorpresa y bajó por completo su espada casi tirándola al suelo cuando finalmente vio que se trataba de

— . . . ¿Duxo? —


WBDSxMC - "What happens next?" [DUXINO - AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora