¿Qué es lo peor que podria pasar?

La Rana con Colmillos

                La magia del mundo siempre fue un don asociado a los hombres bestia más que a la humanidad. Sin embargo, siempre fueron la minoría y la gran variedad de tipos nunca facilitó su unión como especie, algo que sí ocurrió en la humana. Los reinos de antaño gobernados por su estirpe desaparecieron, volviéndose unos parias en un mundo de naciones humanas que los trataban como salvajes. Los humanos ya tenían problemas con su raza por pequeñeces como el color de piel o creencias, y una raza completamente distinta tuvo más problemas en adaptarse a las sociedades dominadas por humanos. Grandes clanes eran nómadas, incluso en los tiempos actuales, moviéndose por varios países en campamentos buscando un futuro mejor a como diera lugar. En especial en países ricos como los Estados Unidos, donde, a pesar de no ser bien vistos, se les daba el espacio y oportunidad de mejorar su calidad de vida en las grandes llanuras poco pobladas. Por otro lado, algunos se quedaban en los países de América Latina por el legado que aún quedaba en varias de las comunidades nativas de tolerancia mutua con los hombres bestia como lo hacían sus antepasados.

En este panorama, los padres de Clarity llegaron al continente escapando de las múltiples crisis y caos que llenaba el viejo continente con el colapso de las sociedades comunistas, las cuales, a pesar de buscar más derechos en el papel, la realidad es que ellos seguían siendo ciudadanos de cuarta en el mejor de los casos. Con el colapso de la URSS varios clanes fueron a países de Centroamérica y México. Fue ahí donde la gata nació en un pequeño pueblo formado por varios migrantes de hombres bestia que esperaban un futuro mejor en la península de Yucatán en su camino al norte. Pero el nacimiento de su primogénita los detuvo en seco en esta parte del viaje asentándose en el pueblo de forma permanente mientras crecía, hasta volverse ciudadanos de derecho.

La pequeña gata, en lo que cabía, tuvo una infancia bastante feliz. Su cumpleaños número 4 se acercaba y con esa festividad también lo hacía la temporada de lluvias de la región. La pequeña gatita entonces paseaba emocionada a hombros de su padre, acercándose a la inauguración de un dique para evitar las inundaciones en su pueblo. La pequeña no entendía los motivos de alegría mientras el político de turno daba un discurso por la inauguración de la obra. El mismo era un tal Santiago Hernández, el alcalde de la región. Él era famoso en la zona por promover el desarrollo de proyectos para ayudar a los residentes de las comunidades de hombres bestias que se habían generalizado en su distrito y el dique era el más grande hasta ahora para evitar de una vez por todas los problemas del pueblo. Esto lo llenó de un gran respaldo social y electoral, lo que le permitió ser elegido varias veces gracias al voto de los residentes.

La gatita, ante todo el espectáculo, no podía evitar emocionarse con las festividades, al mismo tiempo que su padre le contaba que gracias a esta gente es que este lugar cada vez sería un mejor hogar para ella. Ella, al preguntar cómo, este rápidamente le respondió que como a ella no le gustaba bañarse las casas de los vecinos tampoco disfrutaban de un baño cuando las fuertes lluvias llegaban. Algo que solo causa la risa de los dos, mientras la pequeña abrazaba a su peluche de osito favorito, viendo todo el evento orgullosa por lo que le decía su padre. La idea de que su casa no se llenara de agua durante su cumpleaños la hacía bastante feliz; odiaba bastante tener que proteger sus juguetes del agua y ver a todos ocupados para mantener el agua a raya cerca de su mes favorito del año.

La fecha tan esperada por Clarity llegó: su cumpleaños, el cual fue bastante malo al no recibir una mascota como tanto había estado insistiendo. Aun así, la cantidad de regalos y el rato con familia fue más que suficiente para calmar sus berrinches ante la falta de su codiciada mascota. La pequeña se fue a dormir tras la fiesta contenta, mientras el ruido de una fuerte lluvia empezaba a azotar su tejado. Esto la empezó a preocupar, pensando que sus padres se quedarían despiertos toda la noche cuidando la casa y sus regalos. Vio a su padre sentado a su lado atento al noticiero sin moverse, algo que no entendía hasta que recordó el dique que visitaron hacía tiempo. «Parece que no se van a preocupar por la lluvia como siempre. Mejor, así disfrutan mi día tanto como yo», pensó Clarity mientras tomaba el brazo de su padre para dormir a lo cual este solo la acarició hasta que quedó profundamente dormida.