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Como si se tratará de un instinto, SeokJin abre los ojitos justo en el momento en el cual el Espíritu de Hielo está ahorcándolo. Intenta zafarse llevando sus manos hacia el pecho del contrario para empujarlo, sin embargo, la diferencia de fuerza es evidente.

Un jadea lastimero escapa de sus labios y sus piernas se retuercen al sentir cómo la respiración comienza a faltarle. Sus pulmones arden por la falta de oxígeno y lágrimas caen ante la desesperación.

Busca compasión en los ojos de TaeHyung, pero no los encuentra. Solo observa una capa blanca llena de ira y rencor; hay sed de venganza en su mirada.

En un único intento de sobrevivir, con su mente invoca a la Espada Ancestral no para lastimar al Espíritu de Hielo, sino para hacerlo retroceder lo cual funciona.

Tose sin parar al volver a sentir el oxígeno filtrarse hacia sus pulmones. Su cuerpo no deja de temblar por la adrenalina; aún así su instinto continúa y gira con brusquedad al sentir la intimidante presencia detrás suyo.

—Tae-TaeHyung —lo llama asustado porque no entiende qué está pasando.

Sus ojos grises se han tornado blancos. Se parece a la vez en donde YoonGi quiso terminar con su vida y sus ojos se tornaron rojos.

—Tae…

Calla apretando la Espada Ancestral en el momento que avanza hacia él. No quiere lastimarlo, prometió no hacerlo; sin embargo nadie le advirtió que los Espíritus podían entrar en una especie de trance, pues es evidente que TaeHyung no lo está escuchando.

—Por fa-favor… —ruega para que vuelva en sí—, TaeHyung…

El Espíritu de Hielo ataca lanzando bolas de hielo grandes. SeokJin chilla y las esquiva con dificultad, dado que su cuerpo se encuentra salgo dormido y porque no quiere pelear.

— ¡Basta, TaeHyung! ¡Regresa!

Suplicar es inútil. Continúa lanzando varias formas de hielo para herirlo y sin controlar del todo el poder de la Espada Ancestral grita provocando que una luz de color rosado aparezca, y ataque al Espíritu de Hielo que termina siendo lanzando hacia el otro lado del lugar.

— ¡Oh, joder! — Jadea aturdido al observar que no se mueve y corre sin pensarlo hasta arrodillarse al costado del cuerpo— ¿TaeHyung?

Lo llama con miedo de haberle hecho daño y se pone tenso cuando abre los ojos, los cuales han vuelto a su color natural.

—Me atacaste.

— ¿Qué?

—Prometiste no hacerlo y usaste la Espada Ancestral para atacarme.

—Pe-Pero…

—Sabía que no podía confiar en ti.

— ¡No! ¡No te ataqué porque quise! — Exclama conmocionado por todo lo qué acaba de pasar— ¡No fue a propósito! ¡Lo juro!

TaeHyung se incorpora con lentitud y soba la parte detrás de su cabeza.

—Y-Yo…, tú…, intentaste matarme y…

—Claro que intenté matarme. Es lo que debí haber hecho desde la primera vez que te vi.

Los ojitos marrones del Príncipe del Reino de Neos se entristecen porque pensó que TaeHyung se encontraba en una especie de trance. Incluso, creyó que había sido tentado y consumido por la oscuridad. No obstante, tal parece que el Espíritu de Hielo era consciente de sus acciones.

— ¿Por qué? — Pregunta en tono bajo—. No te he dado motivo. Yo…

—Eres descendiente del Clan Kim y del Clan Bang. Eso es suficiente motivo.