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Varios truenos caen en el reino Boreal sin parar, los ciudadanos corren de un lado a otro buscando refugio; temen ser alcanzados por un trueno los cuales no te rostizan, si no que te congelan lo cual es demasiado extraño. No hay lógica para explicar lo que está pasando.

—Por favor, ¿no hay manera que detengan los truenos? — Pregunta SeokJin con desesperación al observar cómo algunos ciudadanos están congelados.

—No. Se supone que los truenos están a cargo de JungKook —le responde Hoseok inquieto, pues el aura del bonito humano está oscureciendo más—. Lo siento, SeokJin

—No… —solloza negando con la cabeza— ¡No! ¡Debe haber una forma! ¡Por favor!

— ¡Cállate! — Le alza la voz Jimin irritado por su lloriqueo— ¡Por más, si hay una forma! ¡No te ayudaríamos! ¡Asqueroso humano mentiroso!

— ¡Jimin, basta! — Le grita el espíritu de luz harto— ¡Deja de insultar a SeokJin!

— ¡Es lo que es! ¡Deja de defenderlo!

NamJoon se coloca entre sus dos hermanos y trata de calmarlos diciéndoles que no es el momento para pelear. Hay ciudadanos, niños, que están siendo congelados sin razón alguna; deben intentar detener esos truenos como sea.

— ¡Siempre debes ser tan tonto, Hoseok!

— ¡Hermano menor! — Chilla sin poder creer que le ha faltado el respeto— ¡No le…

— ¡Le hablo como quiero!

— ¡Hermano menor!

YoonGi suelta un pesado suspiro al escuchar los gritos. No importa cuántos años pasen, sus hermanos siempre terminarán peleando por sus diferentes personalidades como formas de pensar; debería intervenir como el hermano mayor de los cinco. No obstante, no lo hace porque le resulta entretenido ver a Jimin con el rostro rojo de la cólera, a Hoseok alterado y a NamJoon tratando de aligerar el ambiente.

—P-Por favor… —escucha el lamento de SeokJin y lo busca con su mirada para encontrarlo arrodillado delante suyo—, por favor, salvalos —está con la cabeza agachada. Está suplicando y YoonGi siente una patada en el estómago al ver de esa lamentable forma—. Te lo imploro. Por favor…, haré lo que sea. Lo juro.

Ver a sus ciudadanos sufrir, escuchar sus gritos de miedo; no puede ignorar su sentimiento como el Príncipe de Neos quien es. La frustración por no poder protegerlos carcome lo más profundo de sus entrañas. Se odia tanto por ser un inútil, un incapaz.

—YoonGi, por favor —es al único quien puede pedirle ayuda debido a que los otros tres espíritus siguen peleando entre ellos—. Por favor…

—Ah, mierda —soba su nuca con la mano derecha—. Verte arrodillado frente a mí es una de mis fantasías, flamita; pero no así —lo agarra de los anchos hombros y lo obliga a ponerse de pie—. No debes suplicar. A nadie. Nunca más lo hagas.

—Pero…

—No creas que la única forma para pedir algo es implorar, flamita —le hace saber y todo su cuerpo tiembla cuando la lengua del espíritu de fuego lame sus mejillas para quitar sus lágrimas—. Ahora, déjame mostrarte un poco de mis poderes.

Los tres espíritus de la naturaleza dejan de pelear cuando sienten que YoonGi está usando ese poder el cual les hace recordar que no es simplemente el espíritu de fuego; por algo fue el primero en ser creado. Por otro lado, los ojitos observan con intriga y esperanza al pálido quien coloca las palmas de sus manos hacia abajo y cierra los ojos para poder concentrarse. Espera, no estar demasiado oxidado; ya que, hace años, varios años, no usa su poder de bloqueo.

SeokJin escucha que susurra unas extrañas palabras; es otra lengua, no la conoce y de repente unas líneas en zig zag salen de los dedos del espíritu de fuego que frunce su ceño debido a que le está costando canalizar su poder de bloqueo con los truenos y aprieta los dientes al sentir el característico dolor en su interior por el esfuerzo mental que está haciendo.

—Hermano mayor superior… —pronuncia preocupado al ver cuánto está tratando y quiere acercarse para detenerlo. No quiere que se lastime.

Hoseok está por interferir; le parece noble la intención de YoonGi, sin embargo, no puede dejar que se haga daño. Usar el poder de bloqueo requiere un gran desgaste mental y antes de que lo detenga, se da cuenta de que un trueno está yendo en la dirección del bonito humano.

— ¡SeokJin! — Lo llama corriendo hasta él, temiendo no llegar a tiempo.

El mencionado se queda quieto al observar el trueno viniendo en su dirección y antes de que impacte contra él, el trueno se queda a mitad del camino; al igual que los demás y en parpadear han desaparecido para ser reemplazados por copos de nieve.

YoonGi bloqueo los truenos que congelaban y los reemplazó por una nevada.

— ¡Hermano mayor superior! — Jadea NamJoon asustado cuando el cuerpo del espíritu de fuego colapsa contra la nieve y corre a socorrerlo— ¿Hermano mayor superior?

No esperaba que estuviera consciente. Pensó, se había desmayado.

—Estoy bien —su voz sale débil—. Necesito descansar. Nada más.

NamJoon lo sostiene envolviendo un brazo alrededor de la cintura de YoonGi y lo lleva al interior del hospedaje.

— ¿A dónde crees que vas? — Le pregunta Jimin al problemático humano interponiéndose en su camino.

—Qui-Quiero darle las gracias a YoonGi.

—No lo verás. No quiero que te acerques a ninguno.

—Jimin —lo regaña Hoseok—. No es momento para pelear. Debemos ir a ver cómo está YoonGi.

—No pienso que esté asqueroso humano se acerque a YoonGi —demanda con firmeza—. Quítate la venda de los ojos, Hoseok —señala a SeokJin quien tiene ganas de llorar, de nuevo—. Te ha estado engañando.

—Jimin…

—Pe-Perdón… —no le queda más que agachar la cabeza y decir la verdad—, no quise mentirles, Hoseok, Jimin…, de verdad, no quise engañar a ninguno.

El semblante del espíritu de luz se torna triste. Le cuesta asimilar que el bonito humano les haya mentido; no obstante, una parte de él le dice que debió tener sus motivos y antes de exaltarse o reclamar es mejor escucharlo.

—Anda, dile. Dile a Hoseok quién eres —le exige por segunda vez, ya que ha permanecido en silencio— ¡Dile!

SeokJin encoge los hombros y los recuerdos de su madre, profesores privados, sirvientes y demás gritándole que es una deshonra para la familia real se apoderan de su mente; comienzan a atormentarlo.

—Tsk, maldito cobarde —SeokJin está con una mirada perdida—. Es un príncipe.

Sí, SeokJin es el Príncipe de Neos. Es el primogénito, el primogénito que no nació con los poderes de protección. El inútil, la basura, lo peor que le pudo pasar a los cinco reinos.

— ¿Un príncipe?

—Es el príncipe de Neos —revela Jimin sin darse cuenta que su acción está dañando emocionalmente al problemático humano—. Kim SeokJin es su nombre completo.

— ¿Kim? — Cuestiona Hoseok abriendo demasiado los ojos y siente un amargo sabor en la boca—. Entonces…, ¿el príncipe SooBin es tu hermano? ¿Ustedes son descendientes del clan Kim?

La última pregunta la hace en tono molesto. No puede creer que el bonito humano les haya mentido de esa forma. No quiere creer que NamJoon tenía razón sobre que debían desconfiar de él por ser humano. No quiere sentir la decepción que está sintiendo justo ahora.

—Pe-Perdón… —no tiene idea sobre qué más decir. Más que pedir perdón. Siempre ha sabido pedir perdón—, espero que me perdonen.

Jimin sonríe al sentirse victorioso; sabía que debía confiar en su intuición. No obstante, al ver cómo algunas lágrimas del problemático humano caen sobre la nieve y sale corriendo, comienza a sentirse mal. Quizás, no debió ser tan cruel.


All Is Found © [BTSxJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora