𝘁𝗲 𝗮𝗺𝗼...-𝘊𝘢𝘳𝘳𝘦

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Aquella amistad, se encontraba paseando por Buenos Aires a altas horas de la noche, 4:08am para ser exactos.

Hablando de boludeces, y cagandose de risa fuertisimo, cosa que nadie escuchaba ya que no andaba ni un perro por la calle.

-- chupame la pija enano trolo -empujo la chica al pelicastaño.

-- perdoon, no te digo más así -hizo pucherito el contrario, abrazando a la chica.

-- bueno bueno, pero no me abraces - Se separó

-- que fría -río este-- nos sentamos en la banca? -fijo el chico apuntando a unos asientos que se encontraba a unos metros, en una plaza.

-- dale...-fueron a sentarse-- me encanta salír a la madrugada, más con vos -dijo la pelinegra asomándose alado de su amigo.

-- a mi igual, es muy relajante -le sonrió este.

-- Aru, te quiero mucho -abrazo a la chica quien se sorprendió un poco al afecto tan repentino, pero acepto alegré.

-- yo también ro -le respondió esta

Se separaron y se quedaron viendo, por el abrazo anterior habían quedado un tanto cerca, para no decir que sus respiraciones se mezclaban de la cercanía.

A los dos le brillaban los ojos, miraban con una sonrisa y con ojos de enamorados, cualquiera que pasease por ahí pensaría que son novios.

Son de esas miradas que expresan mucho, lo mucho que se aman, que desearían pasar todos los días juntos pero como algo más que amigos.

Los dos se lo estaban pensando. ¿Besarse arruinaria algo? Se preguntaban, pero no lo sabrían hasta que lo probasen.

-- yo digo que ya es tard- fue interrumpida la chica con un beso del contrario, sorprendiendola por el tacto pero feliz por que uno de los dos se atrevió.

Era un beso cálido y lindo, que hacía sentir miles de mariposas por su estómago, los dos estaban seguros de lo que sentían y lo estaban demostrando en ese simple beso. Aún que para ellos, era especial.

Se separaron por la falta de aire, con una linda sonrisa de parte de los dos.

-- 𝘁𝗲 𝗮𝗺𝗼 --le dijo el ojiverde a la bella chica mientras acariciaba su mejilla.

-- yo te amo más -le respondió esta para volver a besarse.

Nunca pensarían que esto pasaría en un momento como todos los días, ya que salían bastante seguido a la madrugada a pasear por ahí, era muy tranquilo.

Sabían que confesarse los llevaría a algo increible, ya que los dos estaban seguros de sus sentimientos. No dejarían de quererse nunca y vivirían los dos felices sabiendo que tienen la compañía del otro.

Desde ese día los dos se juraron no parar de amarse hasta el último día de su muerte.

Y eso, maravillosamente fue así.

𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 -𝙎𝙏𝙍𝙀𝘼𝙈𝙀𝙍𝙎 ☂︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora