Nuestros corazones están destinados uno al otro, estamos atrapados, desgarrados y apartados, pero este amor es un incendio salvaje, nuestros sentimientos están comprometidos profundamente, así que no intentes describir un amor que no pudimos diseñar...
El laboratorio nunca te gusto, era demasiado frio y oscuro para cualquiera que pusiera un pie en él, para todos excepto alguien, alguna vez sugeriste más luces además de las de las que salían de los monitores y pantallas el lugar, llenarlo de vida, Miguel se negó bufando ante tu insistencia, le gustaba tal y como era. Cuando le preguntaste si había alguna otra razón además de su sensibilidad a la luz para dejar que la oscuridad envolviera el laboratorio, el hombre solo te miro, pensó un momento su respuesta antes de hablar, tomando tu barbilla, elevándola hacia sus ojos brillando en la oscuridad, contrastando con el brillo naranja de su pantalla detrás de él, sus labios parecían estirarse en una sonrisa y tu cuerpo se estremeció cuando su aliento choco contra tu rostro.
"Me gusta así porque puedo controlar a mis presas querida"
Su pulgar acaricio tu labio.
"No hay nada que no pueda ver o algo que pueda escapar de mí una vez que entre ..."
Susurro contra tu oído con una chispa en los ojos, encontrando tus labios más interesantes que los monitores detrás de él y se inclinó sobre ti, atrapándolos, atrapándote en la oscuridad del laboratorio.
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"Miguel, yo puedo..."
"¡No, no puedes!" Él te interrumpe y cruza los brazos "¡Estaba rastreando a ese niño, y lo ayudaste a escapar! ¿Sabes lo grande que es ese crimen?.."
"¡¡¡Yo lo sé !!!, maldita sea....."
Cerraste los ojos gritándole, luchando para que te escuchara.
"Pero es solo ....es solo un niño"
La desesperación por hacerle entender.... Solo era un niño queriendo salvar a su padre, tenías que ayudarlo, sentías que tenías que hacerlo y eso te impulso a actuar, ayudándolo a escapar, no podías culparlo, Miles no pidió nada de esto, nunca pidió ser Spider Man, pero sabias muy bien que nada justificaba sus actos ni los tuyos, dejarlo ir significaba perder más vidas de las que se salvarían.
"Bueno, ¿y qué? ¡No se debe permitir que las anomalías, incluso si son niños, corran libres! ¡Son como bombas de tiempo esperando destruir el universo!"
Él gruñe las palabras mientras aprieta los puños. Después de eso, cruza los brazos y continúa, mirándote esperando tu reacción.
"¿Sabes lo que debo hacer ?"
La ira arrastra sus palabras, nada de esto era justo, desde hace tiempo las acciones de Miguel comenzaban a advertirte del hombre frente a ti, sus arranques de ira y sus explosiones ante cualquier comentario juguetón del equipo o falla en las misiones en grupo, la tensión no los dejaba razonar, sabias que no podrías, no aunque quisieras, por más que lo intentaras ...Miguel O'Hara no era de los que cedían en las discusiones.
"¿Qué?"
Tu ceja se arquea, retándolo a ponerse físico en la discusión
