Año 3012

Busca la luz

Amanda no entendía nada, seguía cayendo al vacío, preguntándose si eso le llevaría a alguna parte.
A penas 2 minutos más tarde (a Amanda se le hicieron tan largos que le parecieron 30) Amanda cayó en un suelo duro y de tierra.
Estaba en una selva.
-¿Dónde estoy?-Se preguntó a si misma, pues ella creía que estaba sola con los animales de la selva.
Pero entonces, una voz masculina contestó:
-En la "Selva Aoki"-Dijo la voz.
Amanda se sobresaltó. Miró a su alrededor para ver a un chico de ojos azules y cabello marrón mirándola con una sonrisa en la cara.
-¿Quién eres? ¿Qué es "Aoki"? ¿En qué año estamos? ¿Estás tú solo? ¿Eres de una tribu? ¿Me váis a hacer daño?-Preguntó Amanda de golpe.
-Vale, vale, vamos de una en una.-Respondió el chico, con voz tranquila.-Soy Hani, que significa "feliz" en nuestro idioma ¿Sabes hablar hamoicano?
-No, ni si quiera sé qué hago aquí.
-¿No lo sabes? ¿Por qué no?
-Eso luego, por favor, responde a mis preguntas.- Suplicó Amanda.
-Vale. El hamoicano es nuestro idioma no oficial, tenemos dos idiomas: el español, que es el que tú sabes hablar, por lo que he deducido, y el hamoicano, otro de nuestros idiomas, pero ese a penas lo usamos. Por otro lado, respondiendo a tu otra pregunta, el "Aoki" es un tipo de árbol, de hecho, es el único árbol que hay en toda la selva. -Amanda contempló la selva, aún confusa.- Estamos en el año 3012-
-¡¿3012?!-Interrumpió Amanda, más sobresaltada que antes. -Pero si yo vivo en el 2023. Esto es imposible, no es real ¡Despierta, Amanda, despierta!-Dijo ella ansiosa.
-¿Que vienes de qué?-Preguntó Hani, exhausto.
-Creo que he viajado en el tiempo...- Dijo Amanda, muy confundida.- Esa es la historia que te contaré luego, pero aún tengo muchas dudas. -Dijo Amanda, aún insistente en qué Hani respondiese todas sus preguntas.
-Vale, luego me cuentas, ¿Cuál era tu siguiente pregunta?
-Preguntaba si estás tú solo eres parte de una tribu.- Respondió ella, que tenía cada palabra de su conversación grabada a fuego en su mente.
-La respuesta a esto es que estoy solo, pero hay muchos más, muchísimos más. Nadie es parte de una tribu pero tenemos familias. Yo soy el único que viene aquí, me gusta explorar, pero a la gente le da miedo... -Dijo Hani, como con ganas de querer hablar de eso, pero se centró en las preguntas de Amanda.- Y ya respondiendo a tu última pregunta, no; no te haremos daño, es más, estoy dispuesto a acogerte en mi casa durante algún tiempo si lo necesitas. -Respondió Hani. - Y ahora me toca preguntar a mi: ¿Cómo te llamas y cómo has llegado hasta aquí teniendo en cuenta el año del que procedes?
-¿Pues qué tal si te cuento todo de camino hacia tu casa? - Sugirió Amanda, ahora un poco más calmada.
Amanda le dijo su nombre y le contó todo lo que le había pasado.
Cuando llegaron a su casa, no podía creer lo que veía: era como una ciudad futurista pero en la selva: había casas volando, otras en las ramas de los árboles, algunas sobre el suelo; niños correteando por toda la selva, algunos jugando con los animales de la selva, ¡Incluso con serpientes! Había, por otro lado, adultos reunidos en casas de amigos, jugando al ajedrez, que al parecer se movía sólo, y Amanda supuso que se movía siguiendo los pensamientos de la persona.
Un paisaje de lo más increíble y futurista estaba frente a Amanda, y una gran aventura estaba por llegar.