ˏˋ08ˎˊıllıllı𔘓

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—¿Que me pasó?

Un azabache despertaba de su sueño forzado, estaba en un lugar que desconocía, incluso no sabía cómo llego ahí.

—¿En donde estoy?— miro a su alrededor y logro encontrar un plato con galletas y un poco de té a un lado del futón donde descansaba. —¿Que es esto?— a un lado del té habia una nota, Giyuu solo pudo dedicarse a leerla.

"Mi querido Giyuu, espero que cuando despiertes te encuentres mejor, me preocupaste mucho cuando te desmayaste. Debes tener más cuidado :'(

En fin, salí un momento, espero que cuando despiertes no tarde tanto en regresar, puedes comer esto por el momento.

Con cariño la persona que más te ama <3 "

—¿Quién dejó está nota?— por su mente pasaban un montón de preguntas sin respuesta pues no había nadie que se las pudiese proporcionar. Por ahora la única opción que tenía era esperar y esperar.

Se levantó con cuidado de su lugar y comenzó a recorrer aquella habitación en donde estaba. Por alguna razón no recordaba nada y nada se le hacía ni un poquito familiar.

En la habitación había un espejo, miro su reflejo en el y pudo observar un notable bulto en su estómago. ¿Acaso eso era...? Puede que si pero no estaría completamente seguro hasta que la persona que le dejo la nota llegará y por suerte no tardo mucho. Unos minutos después de levantarse escucho que la puerta fue abierta y entro en la habitación un hombre de cabellos rubios con las puntas en un tono rojo.

—¡oh Giyuu, despertaste!— aquel alfa lo abrazo en cuanto tuvo la oportunidad de hacerlo —no sabes lo preocupado que estaba, no vuelvas a darme esos sustos.— le dio un beso en la mejilla y procedió a soltarlo. —por suerte el doctor me dijo que el bebé está muy bien.

Bueno al menos una de sus preguntas fue respondida.

—disculpa pero... ¿Quién eres tú?— Giyuu no podía reconocer a esa persona. ¿Quién era? ¿Era su hermano? ¿Su amigo? Solo tenía que esperar a que le respondiese.

—jajaja, muy gracioso Giyuu, deja de jugar.— el rubio fingió estar confundido con su actitud.

—No estoy jugando. No se que hago aquí ni quién es usted así que le pido me responda.— el Omega dio unos pasos hacia atrás acortando la distancia para sentirse más seguro.

—oh, vamos Giyuu— Kyojuro se iba acercando poco a poco al azabache —soy tu marido— soltó deteniendo su andar y abriendo sus brazos como esperando un abrazo del contrario —¿Que no me recuerdas?

¿Su marido?

Pues para ser algo tan cercano a él no lo recordaba para nada.

—¿E-enserio?— el Omega se puso nervioso ante la respuesta del contrario —lo siento por como me dirigí, la verdad no recuerdo nada y estoy muy confundido.

—Descuida cariño.— así se supone que debe de ser pensó el Rubio, esperaba que el azabache no se diera cuenta de sus falsas intenciones. —ahora entiendo. ¿No recuerdas nada de verdad?

El azabache negó con la cabeza y acepto el abrazo del rubio quien acepto contento el contacto.

—nada de nada

Mientras el ojiazul se preocupaba, el Rengoku se sentía más feliz que nunca. Su plan había salido como el quería...

O al menos eso creía el.

[...]

Sabito por su parte estaba desesperado, no sabía nada de su esposo desde hace ya un rato y estaba muy preocupado por el, principalmente porque si se hacía de noche el no llevaba una nichirin con la que defenderse y en segunda porque llevaba un cachorro en el vientre.

𝐋𝐚 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚 𝐬𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐛𝐢𝐭𝐨 𝐲 𝐆𝐢𝐲𝐮𝐮!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora