𝖫𝖺 𝖿𝖺𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺 𝗌𝖾𝖼𝗋𝖾𝗍𝖺 𝖽𝖾 𝖲𝖺𝖻𝗂𝗍𝗈 𝗒 𝖦𝗂𝗒𝗎𝗎!

ˏˋ10ˎˊıllıllı𔘓

Después de discutir la situación un rato, decidieron que lo mejor era tomar cartas en el asunto, ya que esto no se podía quedar así. De igual forma, si resultaba ser Rengoku el responsable de la desaparición, no le darían piedad y buscarían la forma de darle su merecido (claramente a ellos no les va a tocar 🍩).

Dos días después de aquella reunión (y aprovechando que Rengoku salió de misión), Tanjiro llevo a Sabito a dar un paseo por aquel mercado en donde se habían encontrado al mayor. Para su mala suerte ese día no lograron encontrarse con el y Tanjiro tampoco recordaba muy bien el camino hacia donde suponía era su casa así que siguieron intentando e intentando, llendo casi todos los días hasta que lograron verlo a lo lejos.

Sabito lo vio tan hermoso como siempre lo fue y parecía irreal a sus ojos.
Su hermosa cabellera negra, sus hermosos ojos azules; y en su espalda cargaba a lo que debía ser su hijo "perdido", al que no pudo conocer desde su nacimiento por culpa del asqueroso ser que le arrebato a su familia.

Giyuu sintió que unos ojos lo observaban y comenzó a sentirse incómodo. Algo en el le decía que debía mirar a todos lados para saber que era lo que pasaba, pero creía que no era correcto, entonces estuvo intentando ignorar aquella sensación.

No fue hasta que alguien se acercó a el cuando se obligó a mirar que era lo que pasaba.

Un hombre casi de su altura, con cabello color salmón, ojos Lilas y un delicioso aroma a durazno se acercó al omega. Claramente este era Sabito, y aunque Giyuu no sabía quien era ese alfa algo en el le decía que ya lo conocía.

Su aroma se le hacía demasiado adictivo y delicioso, mucho más que el aroma a roble que tiene su supuesto esposo. Pues aunque el rubio asegurará ser su esposo, el Omega de Giyuu no lo aceptaba como tal y por esa razón su relación como "esposos" nunca incluía besos ni toques subidos de tono. Tomioka ponía la excusa de que el bebé lo dejaba exhausto y le robaba mucho el tiempo para estar con Kyojuro.

Este aceptaba que Tomioka no estuviese cómodo con las muestras de afecto, pues supuso que su personalidad era así incluso con Sabito. Sin embargo lo que se le hacía más raro que incluso durante el celo del pelinegro este también lo rechazara y se encerrase en su cuarto junto con el Cachorro.

¡Aunque claramente iba a pasar eso! El Omega ya tenía una marca y un alfa; y apesar de que no lo recordara, sus instintos sabían que estar con un alfa que no fuera el que lo marco estaba mal, así que era un mecanismo de defensa inconsciente.

Regresando al tema principal con Sabito y Giyuu.

El pelinegro miro por un buen rato al alfa. Su cabeza comenzaba a doler y se sentía mal. Incluso comenzó a sentirse con temperatura alta cosa que no debería de pasar.

El de ojos lila notó todo eso y comenzó a preocuparse por su esposo. Sabía que era Giyuu debido a su olor a menta.

—oye, ¿Estás bien?— pregunto tranquilo intentando no asustarlo con alguna palabra fuera de lugar —¿Puedo ayudarte en algo?

El omega pensó anter de responderle —no me siento muy bien— se callo unos segundos y continúo —¿podria ayudarme a llegar a casa?

Y Tomioka claro que sabía que estaba mal pedirle ese favor a un alfa desconocido cuando estaba con una amenaza de entrar en celo, sin embargo algo en su interior le decía que podia confiar en el.

Sabito claro que le ayudo. Lo llevo a dónde supuestamente es su casa, Tomioka le permitió entrar y el alfa se quedó ahí hasta asegurarse de que el Omega y el bebé estuviesen bien. Sin embargo cuando estaba a punto de irse el contrario, controlado por su omega lo detuvo.

—alfa no te vallas, te necesito junto a mi... Cómo antes.

Aquel diálogo saco de lugar a Sabito. ¿El omega de Giyuu si lo recordaba? ¿Entonces que es lo que pasaba?

—extraño a mis cachorras

El omega de Giyuu seguía haciendo acto de presencia.

Sabito estaba indeciso sobre si debía hacer algo. Sabía que Rengoku estaba fuera a causa de una misión. Pero regresar a casa de la nada con Giyuu de vuelta era muy sospechoso incluso para el sabiendo que es su esposo.

Al final decidió hacer otra cosa.

Se fue y le dejo una carta en la cocina de aquella casa.

Si, el Omega de Giyuu se sintió traicionado y decepcionado por eso. Pero lo entendió.

[...]

El celo de Giyuu paso y Rengoku aún no regresaba, y aunque para Tomioka todo estaba normal, había comenzado a tener algunos sueños y "visiones" que no recordaba haber vivido.

Por alguna razón ahora su mente le traía recuerdos con dos pequeñas que le decían mamá y así mismo se aparecía un joven alfa de cabellos burdeos y un alfa más mayor pero con cabellos color salmón.

Todo se le hacía tan familiar, pero tan extraño que comenzó a pensar que se estaba volviendo loco.

Solo esperaba que todo eso pasase rápido, pues ya lo estaba comenzando a cansar.

Una mañana, cuando los recuerdos aún llegan poco a poco a el; Giyuu decidió que sería buena idea limpiar su cocina. Lo que no esperaba encontrar era una carta que no tenía el nombre de su 'esposo' escrito, sino el de alguien más y que se le hacía extrañamente familiar.

Querido Giyuu

Tal vez no recuerdes quien soy o ni siquiera ya sepas que paso, pero por si acaso soy Sabito.

Te encontré en el mercado a punto de desmayarte y te veías mal. Entraste en celo y te traje a casa, aunque no te preocupes, no hice nada, solo me quedé ahí para asegurarme de que tú y nuestro bebé estén bien.

Se que estarás confundido y tal vez asustado (porque te conozco y se que reaccionarás así) pero tú Omega te hará recordar y entrar en razón poco a poco.

Y se que sonará raro, pero quiero que sepas que siempre voy a amarte. No me importa si alguien más te arrebato de mi lado y te tiene viviendo con el a la fuerza, quiero que sepas que nunca deje de buscarte porque te amo y quiero recuperar el hermoso matrimonio que tenemos.

Vuelvo a repetir.

Se que no entiendes nada de lo que estoy escribiendo y está bien. Solo quiero que recuerdes a tu familia y lo que eras antes; que trates de recordar lo que paso un día que fuiste al mercado estando embarazado y nunca volviste a tu casa original. Y sobre todo, que recuerdes el olor a durazno que tiene tu verdadero alfa y puedas volver a casa con nuestra familia...

Te ama : Sabito.

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