El diablo en el trono

Capítulo 38

Capítulo 38

"¡Todos han visto el periódico! ¡Todos ustedes han leído el tratado!" Gritó y golpeó su bastón firmemente contra el suelo, realmente no lo necesitaba, pero el "crujido" que hizo cuando golpeó la plataforma fue la atención que se dirigió a la multitud. Todos saltaron de su piel. En realidad no lo habían leído, solo lo habían leído. Específicamente la opinión de Moslen al respecto. Pero tratarlos como si realmente hubieran leído la cosa era una buena manera de hacer que pensaran que lo habían hecho. "La pretensión de conocimiento entre los ignorantes es siempre útil". Winston pensó brevemente: "¿Son estos realmente de nuestro interés? Sí, recuperamos a nuestros soldados, ¡pero desnudamos nuestra barriga ante el Imperio como una maldición azotada! ¡¿Cómo nos tomará en serio el mundo cuando nos tumbemos como mascotas del Imperio ?!" Exigió y la multitud murmuró.

"Todos ustedes saben que no tengo nada en contra de la raza benjamita, pero ¿no está claro que hay dinero involucrado? Si seguimos el rastro del dinero de este tratado, ¿no vemos que una mala paz ha sido comprada y pagada por "alguien", incluso si no es la corona, entonces quién? ¿Cómo va una joven a servir al país al que está destinada la corona? Un regente del pueblo debería estar ocupándose de estas cosas por lo menos... ¡Y sin embargo, uno no ha sido nombrado! ¡El Primer Ministro ni siquiera lo ha mencionado! ¿Y qué hay de la investigación sobre la desaparición del piloto del Hindenburg? ¿Dijo que fue saboteado, y luego desapareció? ¡¿Qué te dice eso?! ¿Quién quería que lo silenciaran? ¡Eso es lo que tenemos que preguntarnos!"

Una y otra vez fue "haciendo preguntas" preguntas muy importantes para que la mafia sacara sus propias conclusiones. Y mientras hablaba, la multitud gruñó, retumbó y lo instó a seguir adelante con los puños levantados o gritos. Sus números eran ahora mucho más grandes que las multitudes a las que se dirigió por primera vez y muchos de los cuales ahora llevaban brazaletes rojos hechos a mano con un círculo blanco y un centro azul dividido por un solo rayo blanco que se disparaba desde la parte superior del círculo blanco hasta la parte inferior. "¡Albion United verá todas sus preguntas respondidas, todas sus necesidades satisfechas! ¡El dinero benjamita ya no influirá en nuestra política! ¡A los sindicatos que amenazan su sustento ya no se les permitirá impulsar sus viles ideales comunistas! ¡No les quitaremos sus trabajos! ¡No se los daremos al Imperio como lo hará el Partido Confederado! ¡Traeremos una paz adecuada y no rodaremos sobre nuestros vientres para los 'Maestros del Imperio! ¡Tendremos una victoria adecuada como deberíamos, no abandonaremos la sangre de nuestro pueblo por nada!" Winston negó con la cabeza.

"¡No, ustedes son la gente de Albion! ¡Dios te hizo el pueblo más grande que jamás haya caminado sobre esta Tierra! ¡Estamos en la cima de la evolución y de la creación! ¡Somos los legítimos amos del mundo y el hecho de que construimos nuestro Imperio sobre las espaldas de estas tribus incivilizadas es prueba de ello! ¡Solo necesitamos tomar nuestro destino y no dejarnos derribar por degenerados mestizos que intentan infiltrarse en nuestro país de la misma manera que las ratas se infiltran en un rico granero!" Hizo un punto de no nombrar a los degenerados mestizos, pero entonces, no necesitaba hacerlo. Si se le preguntara si se refería a la Reina, simplemente podría decir: "¿Por qué, es ella? ¿Por qué se te ocurriría eso?' y la pregunta misma sería tanto la acusación como la confesión.

Saltó de tema en tema, aumentando su orgullo con cada palabra y planteando preguntas que no tenía intención de responder. "Podría haber sobrepasado antes, incluso para mi oficina, pero entonces, es necesaria alguna provocación ... y...' Vio a los bobbies acercándose con sus sombreros altos, uniformes y palos y blandidos, acercándose al escenario.

'Pobre David, tan predecible". Pensó cuando vio que los oficiales de los bobbies se acercaban. 'Justo a tiempo'.

"Soy la voz de la Casa de Populii, ¡mi derecho a expresar sus preocupaciones no ha sido cuestionado en siglos!" Winston se apresuró a sacar las palabras mientras los oficiales se acercaban. "¡Pero mira, quieren silenciarme! Si quieren silenciarme, ¡debe ser porque estoy haciendo las preguntas equivocadas o diciendo verdades no aprobadas! ¡Solo Albion United será sincero contigo! ¡Por eso quieren tomar nuestras voces! ¡Pero no pueden! ¡Somos los leones de este mundo, y los leones de Albion rugirán cuando quieran!" Gritó cuando se acercaron, la multitud comenzó a retumbar.

"Winston Churbull, estás detenido como parte de una investigación sobre la violencia reciente en tu mitin, por favor ven con nosotros". Los bobby estaban claramente nerviosos, eso era obvio, seguían lanzando sus ojos hacia la multitud, cambiando sus agarres en sus palos de noche, solo eran dos, y la multitud tenía muchos.

'En este momento, los lacayos de Oswald deberían estar distribuyendo literatura fuera de las iglesias, conociéndole, probablemente ya esté hablando con el obispo para obtener el apoyo católico para el partido. Los muchos ángulos jugados detrás de escena pasaron por su mente, y Churbull extendió sus manos para ser esposado. "Albion United es el partido de la ley y el orden, iré, pero no los molestes". Inclinó la cabeza hacia la multitud y se acostó sobre su autosacrificio tan densamente como pudo.

Al ser llevado lejos a la vista del público, se aseguró de dar a aquellos que estaban tomando fotos, múltiples ángulos de su cara para atrapar, ya podía ver los titulares. Sería maravilloso. "Sin embargo, es lo más extraño, sé que soy un orador experto y Oswald tiene una vasta red de personas para distribuir periódicos y volantes, pero aun así, Albion United está creciendo de forma antinatural y rápida ... Tal vez realmente somos bendecidos por Dios mismo".

Ese fue un pensamiento maravilloso, maravilloso que pasó detrás de un resplandor dorado que nadie podía ver, pero todos podían sentir. Unos días de confinamiento, tal vez más y la chispa adecuada para desencadenarlo todo, y ¿quién sabía qué cambios vendrían en los próximos días? "Dudo que tengan la voluntad de retenerme durante un mes, después de todo, ella es solo una niña violenta, ¿qué sabría sobre la guerra política?"

Max Pruss sintió el resplandor de su cuerpo como un leve hormigueo, o tal vez, más como la sensación fresca de una ducha caliente que caía en cascada sobre su cuerpo. Apretó el gatillo de nuevo. La manzana a la que disparó estaba a más de mil ciento cincuenta metros de distancia. El alcance de su rifle en teoría era de unos setecientos treinta y un metros por cada disparo, sin embargo, la magia de aumento del alcance hizo posible disparar alrededor del cincuenta por ciento más lejos sin disminuir la precisión. Además, la ronda que disparó tenía una magia concentrada precisa, no el efecto de área amplia que había visto en las fotos de noticias o en la película, se centró en la potencia intensiva, en lugar de la extensa y estaba dando sus frutos.

La manzana simplemente "dejó de ser".

Disparó de nuevo. Y otra vez. Y otra vez. Y otra vez. Cada ronda golpeó diferentes objetivos a diferentes distancias, y cada uno dejó de existir. El último a mil doscientos metros era el cuerpo de un ciervo, que explotó en una masa de tripas en lugar de simplemente "desaparecer" como lo habían hecho los objetivos más pequeños.

Esta fue la primera vez que logró golpear todos sus objetivos más pequeños y los más distantes con tanta facilidad, y repitió el proceso cien veces más en el transcurso de ese día, quemando rondas como si no hubiera un mañana.

Y finalmente... Estaba seguro.

Se puso de pie, extendió las manos y gritó al cielo vacío: "¡Dios! ¡Tu sirviente está listo para derribar al diablo!"

Su voz resonó hacia él desde las grandes paredes anchas de la montaña como si fuera Dios mismo ofreciendo aliento: "¡Derriba al diablo! ¡Derriba al diablo! ¡Derriba al diablo!"

"Sí, Dios mío, soy tu sirviente". Max se respondió a sí mismo, luego recogió sus revistas gastadas y las puso en un bandoleer modificado que contendría mucho, mucho más de lo que llevaba el francotirador promedio, y se preparó para regresar a la ciudad para ir a comprar más.

Después de todo, no tenía ilusiones de que el diablo sería derribado fácilmente.