En otra vida

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Los matrimonios entre especies similares siempre han sido comunes, los omegas pueden casarse con otros al igual que los alfas. No existía la oposición de algo a alguien, si así estaba marcado el destino así sería.

Los destinados gozaban de mayores privilegios al encontrarse, debido a que ya los unía un lazo... Un lazo de cuna por lo que al encontrarse se decía que sus vidas estaban completas, pocos lobos eran los que encontraban a su luna y es que algunos ya no los buscaban o al menos ya no esperaban encontrarlos. Es por eso que cuando encontré a mío fue lo peor que pudo pasar.

Yo tenía ya una vida hecha o planeada junto a mi omega y no lo malentiendan aceptaba a las parejas de alfas es solo qué el aroma a omega siempre me fue más atrayente y por eso acepte estar con uno, pero todo cambió aquel día en que él apareció enseguida note la conexión esa que aparece cuando dos lobos de cuna se reencuentran, esa que hace que sus aromas se mezclen, sus almas se entrelazan y sus mentes se vuelvan una misma.

Pero definitivamente no iba a aceptarlo me negaba a emparejarme con mi luna yo ya tenía a una y no la perdería por mi destinado, eso jamás yo no lo odiaba, pero si estar con él significaba perder a mi omega lo destrozaría de la única manera en que se puede romper un lazo... Marcaría al alfa solo para poder hacerlo sentir mi despreció hacia él y después marcaría igualmente al omega y el lazo finalmente sería roto.

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-Luna escúchame si lo vez alguna vez traelo de vuelta.

-¿Luna?