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Hoy tal vez fue un día mejor. Tal vez todo empeora cada día.

Me desperté tarde y disfrute de un café con leche recién echo que se encontraba misteriosamente sobre el piso al lado de mi cama.

Disfruté de la vaga compañía de mi soledad. Él todavía no me respondía el mensaje de la noche anterior. Sigo sorprendida por como reaccionó ante el descubrimiento de mi enfermedad. Pensé que se iba a apartar de mi o algo así...nuevamente estoy conociendo su corazón puro.

Por otro lado, hoy me arreglé rápidamente para poder estar lista si él llegaba a llegar en algún momento. No pensaba ilusionarme como cuando recibía sus mensajes.

Suspiro al pensar que este es mi día veintiséis. ¿En serio todo va a acabar pronto? Anoche no pude dormir, pero no lo escribí. Soñé despierta con todo lo que me gustaría hacer antes de morir. Sé que no podré cumplir la mayoría, pero entre todos esos pensamientos, estaba el de... "Caminar de la mano con él"

Que estúpido. A pesar de los mensajes que me mandó, no creo que vaya a pasar algo realmente. Posiblemente...pero solo quizá, le diga mis sentimientos si viene hoy, pensé. Pero realmente no sabía como decirle eso. Sólo sabía que quería decirle eso. Pero estaba completamente perdida. ¿Cómo se supone que uno aprende a declararse? La vida no viene con instructivo. No se suponía que debiera saber como hacerlo. Pienso que esas cosas son mejor sin planear.

Otro sueño mío era abrazarlo. Otra desilusión también.

Dejando eso de lado, cuando me levanté y me dirigí a la sala, no había nadie, chequé el cuarto de mi madre y tampoco había nadie, ni nada. ¿Y mi madre? Posiblemente salió de compras, hay que comprar unos medicamentos míos.

Hace un tiempo mi padre nos abandonó. Cuándo estaban checando los trámites de divorcio, él despareció de la nada, y no he sabido nada de él. Posiblemente seguiría aquí, apoyando a mi madre, de no ser por mi maldita enfermedad. Pero creo que no es momento para eso, excusé.

Después de eso, salí en busca de mi madre, pase por la farmacia donde íbamos siempre. Ellos ya nos conocían, así que no le veo el problema.

-Hola, Giovanna.-Dije, tranquilamente.

-¡Hola! ¿Cómo has estado? Tu mamá me contó tu situación, en verdad lo siento, pero sé que saldrás adelante.-Me agarró de las manos, y las puso en su puño, frente a las dos, y después de eso me abrazó, pero yo la aparté.

-¿Dónde esta mi madre?-Le pregunté seriamente.

-Acaba de pasar hace unos minutos.

-¿En serio?

-Si...¿Pasó algo?

-No, en absoluto. -Suspiré de alivio, al parecer si había venido por mi medicamento.- Voy de regreso, hasta luego.

-Cuídate.

-Usted igual.

Después de eso, regresé a paso lento a la casa, me sentí tranquila. Y, de nuevo, me sumergí en la vista de los árboles, iluminados con la luz matutina, aunque de vez en cuando salía de mis pensamientos por que estos se veían invadidos por pesadillas.

Al llegar a mi casa, sentí un ambiente frío, me dio la impresión de que estaban cocinando, me adentré en la blanca cocina y se encontraba una olla cerrada sobre ella, parecía tener un rato sin haberse calentado, pero no estaba cuando yo iba de salida, así que la debió de haber puesto mi madre, pensé.

Después de observar la olla por unos minutos claramente desperdiciados, decidí subir a su habitación, pero, nuevamente, estaba vacía. Mis ojos se abrieron, acelerando mi ritmo cardiaco. Corriendo volteé la mirada a la puerta de mi habitación, alcancé a mirar algo. Sentí punzadas, nuevamente, apenas podía caminar. Entré a mi habitación, ahí estaba, lo que temí desde hace mucho.

Un sobre posaba sobre mi cama, ya me esperaba lo peor.

"Cuídate" Fríamente, mi corazón se fue endureciendo. Y lo hizo aún más, cuando encontré un gajo de dinero en el fondo de aquél sobre.

"Atte: Mamá."

Al final del día, él nunca llegó.

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Bueno, esto va para Frank. Ya actualicé ¿FELIZ? XD

Treinta días antes de morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora