𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙁𝘼𝙇𝙎𝙀 ; Rudy Pankow

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Estaba en la biblioteca como suele ser siempre. Siempre era de esas personas que si no estaba en el aula estaba en la biblioteca. Me encanta leer, no estudiar, es algo que siempre confunden.

Estaba tan metida en mis pensamientos hasta que siento un suave toque en mi hombro y volteo. Al voltear veo un chico alto, rubio, bastante atractivo.

— Hola — dice el rubio.

— ¿Hola? — salude no tan segura, no suelen hablarme casi nadie, además de mis amigos, obvio.

— Soy Rudy Pankow — se presenta con una sonrisa.

— Yo soy Emily Watson—  hice mi mayor esfuerzo para sonreír.

— Lo sé. Escucha, se que sonara raro porque nunca hablamos, pero te quiero pedir un favor — dice él intentando disimular sus nervios.

—¿Cuál?— encarne una ceja.

— Que seas mi novia de mentira.—
lo dice muy bajito.

—¿Qué? No escuché nada. —

— Que seas mi novia de mentira. Obviamente vas a ganar algo, te voy a pagar. — se removió en su lugar nervioso a lo que le llegará a decir.

No podía aceptar eso. Abrí mis ojos como plato e intenté procesar lo que me acaba de decir. ¿Yo? Con tantas chicas en la universidad me eligió.. ¿a mí?

—¿Esto va a durar mucho? —pregunté.

— No lo creo, es solo para darle celos a una chica.— dice el rubio.

—¿Y por qué no le dices lo qué sientes por ella y listo?— dije algo obvia.

—Porque ella no quiere aceptar que le gusto, todas son iguales.—rodea los ojos.

Lo mire mal  y el se dio cuenta. —Sin ofender..— dijo rápidamente. Quise soltar una risita pero me la aguante.

Suspiré, no creo que sea tan mala idea. —Esta bien.—

—¿Qué cosa?—pregunto. Lo mire obvia —Ahh, bueno.—dice tratando de ocultar su alegría.

—Lo del dinero.. no lo necesito.—

—¿Segura? —asentí — Bien, antes que nada, hay que hablarnos más y juntarnos. No creo que por dos días que nos juntemos ya crean que somos novios.—dice.

— Espera, ¿lo de ser novios también va a incluir esto? — señale mi labio.

—Si, ¿cómo esperas qué crean qué lo somos?— lo dice con un tono como si fuera muy obvio.

Bufé. — Pero.. No.. Si..— no podía hablar.

Después el entorno se volvió incómodo, muy incómodo.

Él suspira. — Si lo harás, ve al patio, a la mesa que está frente al campo de entrenamiento — dijo y solo se fue.

Me quedé un buen rato procesando todo y después tuve que irme de la biblioteca ya que tenía clases.

¿Realmente estaría haciendo bien al aceptar?
Después de todo no iba a tener un año tan aburrido como pensé que pode ser.