Capítulo 12

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— Haga lo que haga, pase lo que pase, no debes dejarme. —Susurró Jennie al dejar un corto beso sobre los labios de su novio, entonces ella sonrió.—

— Te llevaré a casa... —Al sostenerla de la mano fueron al paradero para parar un taxi, durante todo el camino Jennie se mantuvo apoyada sobre él sin soltarle la mano. Cuando llegaron a la mansión de su novia, él se despidió y con el mismo vehículo se dirigía a casa, pero durante el tráfico vio a Lisa junto a otras mujeres con vestidos cortos y un maquillaje exagerado, sin dudarlo pagó el taxi para ir hacía ella, la tomó de la mano para llevarla lejos de la gente para hablar.— ¿Por qué decides hacer esto con tu vida? Eres todavía joven y puedes estudiar, tener una profesión o quizás abrir un negocio... ¡No debes malgastar tu juventud haciendo esto! —Kook alzó la voz sin darse cuenta, Lisa solo lo miró asombrada sin entender su actitud.—

— Además de Kio ahora eres tú, ¿Acaso se han unido para decirme esto? —Soltó un suspiro al deshacer el agarre, dando unos pasos hacía atrás para marcar distancia.— Kook, debo trabajar.

— ¿Cuánto cobras por toda la noche? Te pagaré mucho más si deseas, ven conmigo. —Las palabras que decía Kook no eran analizadas por él, era como un acto involuntario, pero por alguna extraña razón le preocupaba aquella joven.—

— El pago es por adelantado, una mitad ahora y después lo demás en la mañana. —Lisa creyó que estaba bromeando o que se iba a arrepentir, pero al final ya estaban en un taxi rumbo a la casa del chico. Kook le abrió las puertas de la mansión, como sus padres no estaban él podía llevarla.— Oye ¿Acaso te gusto?

— ¡¿Qué?! Tengo novia ¿No la recuerdas? —Él fue a la cocina a preparar algo rápido, mientras cocinaba se sentía analizado por Lisa.— Cena y te llevaré al cuarto de invitados.

— No es justo que seas tan lindo si tienes novia... —Susurró Lisa al verlo de espaldas, la primera vez que conoció a Kook no tuvo una buena impresión pero ahora se sentía muy apreciada por aquel joven.—

• Al día siguiente •

— ¡Buenos días! ¡Buenos días, bello durmiente! —Kio gritaba a viva voz al entrar al cuarto de su hermano mayor, quién no dudó en lanzarle una almohada.— ¡Tengo hambre!

— Ve a comer kimchi y no molestes... No tengo ganas de nada. —Di un suspiro al sentir la pesadez en todo mi cuerpo, además del dolor en la garganta.—

— ¿Te enfermaste, hyung? No te preocupes, ahora es mi turno de ser la sirvienta solo por hoy. —Al cerrar la puerta se dirigió a la cocina, alistando el mandil pudo abrir el refrigerador y creyó que una idea se le vendría a la cabeza, nada vino y solo sabía que debía preparar el desayuno.—

××

Bomi:
Buenos...días...

Kio:
Cuñadita ah ocurrido una desgracia, mi hermano está enfermo y yo no sé cocinar ¿Puedes decirme que es bueno para la tos?

Bomi:
¡¿Esta enfermo?! Ahora mismo iré a verlos, no hagas nada.

××

La joven con pantunflas de garras de oso subía al autobús que la llevaría al departamento de su novio, la gente no pudo evitar reírse pero Bomi estaba tan preocupada que solo salió con lo que tenía puesto. Cuando llegó al departamento Bomi escuchó el fuerte estornudo de Suga, primero decidió preparar un remedio casero para la tos y unas pastillas que eran buenas para el resfriado, Kio como todo un buen asistente realizó las tareas que les fueron asignadas.

— ¡No! ¿Qué es eso? ¡¿Kión?! —Exclamé al abrazar con fuerza mi otra almohada, alejándome de mi novia.— ¡No voy a tomar esa porquería!

— ¿Porquería? Tienes que tomarlo para sanar, no me hagas enojar. —Amenazó Bomi sin pensar en moverse del cuarto hasta que esa taza estuviera vacía, Suga no pudo hacer nada ni tampoco tenía muchas fuerzas para luchar así que lo tomó.— ¿Ves? Es delicioso.

SMILE ON MY FACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora