Capítulo 33

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En una ambulancia Kook era llevado de emergencia al hospital más cercano, durante todo el viaje Jennie estuvo con él. Al llegar al hospital hicieron todo lo que pudieron para reanimarlo, pero no consiguieron lograrlo; Jennie con desesperación dio la orden de llevarlo de inmediato a una clínica privada en donde con unas llamadas consiguió al mejor doctor, a pesar de la rapidez con la que lo trasladaron a una clínica Kook no reaccionó, terminó conectado a un respirador en donde fue declarado con muerte cerebral.

— ¡¿Qué le hiciste?! ¡Habla, maldita sea! —Grité al tomar a Jennie de los hombros con fuerza, viendo como solo sonreía.— ¡¿Por qué?! ¡Maldigo el día en que te conoció!

— Cariño, la policía ya está aquí... No cometas un error. —Bomi logró separar a Suga de Jennie, en ese momento la policía le puso las esposas para llevársela a la comisaría en donde iniciaría una investigación.—

— Solo quería avisarles que la familia del paciente Jeon han decidido desconectarlo y donar sus órganos en buen estado. —Ante aquellas palabras del doctor Suga solo pudo retroceder unos pasos hasta llegar a la pared.— Una persona con muerte cerebral nunca va a volver a despertar, los padres tomaron la decisión correcta. —El doctor hizo una reverencia al continuar con su trabajo, dejando al hombre en estado de shock.—

— Cariño... —Susurró Bomi al ver como Suga comenzó a reír repentinamente, mientras de sus mejillas caían las lágrimas así que lo único que pudo hacer fue abrazarlo.—

|Luego de tres días|

Los familiares dejaron las rosas blancas sobre el ataúd que contenía el cuerpo de Kook, cada amigo paso uno por uno hasta llegar a Suga quién le fue mucho más difícil acercarse y luego tampoco quería separarse de aquel ataúd, al final el cura terminó con el trabajo dejando la lápida en donde el nombre de Jeon Jung Kook descansaba.

— Debes comer. —Las palabras de Bomi sonaron como una orden y era así, Suga solo le hizo caso sin rechinar.—

— Escuché que Jennie confesó todo, el juicio y la sentencia serán más fáciles ya que confesó su crimen... —Decía Lisa al ver a Suga, él continuaba con la mirada perdida.—

— No deberíamos recordarlo con tristeza, sea cual sea la forma en que falleció Kook no quisiera que estuviéramos tristes. —Kio soltó un suspiro al empezar a comer con ánimo.— Siempre quería que todos sonrían, que el ambiente permanezca feliz y contarnos chistes tontos, él debería descansar con tranquilidad y no preocuparse por nosotros ¿No les parece?

— Mi cuñado tiene razón, dejemos que vaya al otro lado con tranquilidad... —Bomi sostuvo la mano de Suga, él la miró.— Es lo que él hubiera querido.

🪐

Era un vacío, literalmente era un gran vacío que dejan las personas que se van a un lugar lejano del cual no pueden volver o al menos tú puedes visitarlas, un lugar que te da la bienvenida con ambos brazos y luego ya no quiere soltarte, así era la muerte. Durante la primera semana mi mente todavía asimilaban el echo de que Kook fue prácticamente asesinado por Jennie, luego de tres meses Jennie dijo que lo había echo sin pensar pero luego se arrepintió y en el momento de llevarlo al hospital ya era muy tarde; sin embargo, no alegó la inocencia de su delito recibiendo tan solo tres años por la confesión y una indemnización, por el simple echo de confesar y que lo llevó al hospital... Así era la vida, injusta y cruel.

Ocupe mi tiempo en el gimnasio así como el trabajo, quería mantener mi tiempo lo más ocupado que podía ya que sentía que era mi forma de confrontar mi dueño por la pérdida de mi mejor amigo. Hubo una fiesta en honor a los cien años que cumplía debido a que mi abuelo paterno fue el creador de esta empresa, luego mi padre lo sustituyó y finalmente yo; antes no me gustaba los negocios y el dinero, planeaba escribir canciones y tocarlas frente a mucha gente, pero a veces simplemente nos adaptamos, al final no era tan aburrido y digamos que me gustó. Tenía a mi lado a mi prometida quién me sonreía en todo momento, ella había vuelto a tener un trabajo en una fábrica en donde se había adaptado; presente a mi futura esposa delante de cada inversor y cada uno decía que éramos la pareja perfecta.

SMILE ON MY FACEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora