𝑷𝒂𝒊𝒏 / ⊱𝟐𝒀𝒆𝒐𝒏⊰

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Jeongyeon estaba frente a Dios, sintiéndose como Nayeon cuando era regañada por sus padres: pequeña e indefensa.

Dios la veía con dureza, pero sin llegar a ser malo. Jeongyeon sabía que lo tenía merecido, había cruzado un límite.

-No te dije nada cuando Nayeon inició el contacto físico contigo, porque no eres la primera ángel en tener una relación estrecha con su protegida, más no puedo permitir que pase a algo más. -Decretó con dureza Dios, viendo con ojos molestos a la pequeña rubia.

Jeongyeon bajó la cabeza, apenada por permitir que las cosas se le fueran de las manos.

Se colocó de rodillas, inclinándose en una profunda reverencia, mientras hablaba en voz baja.

-Le ruego que me perdone, señor -Murmuró la rubia, con un pequeño tartamudeo entorpeciendo sus palabras-. No volverá a ocurrir algo como lo de ayer -Aseguró, mordiendo sus labios con nerviosismo-. Por favor no me cambie como ángel guardián de Nayeon, se lo imploro. 

Jeongyeon temía que algo así pasara. Cuando, luego de que Jeongyeon fuera a dormir, fue llamada al cielo porque dios la requería, lo primero que le pasó por la cabeza fue que la alejarían de su protegida. Ella iba a hacer lo posible para que no fueran distanciadas, eso sería algo imposible de soportar.

Dios suspiró, pidiendo que se levantara del frío suelo. 

-Seguirás siendo la guardiana de Nayeon, pero si algo como esto vuelve a ocurrir, sabes cuales van a ser las consecuencias. 

Jeongyeon asintió, tragando pesado. Sabía cuales eran las consecuencias y no serían para nada buenas.

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