16|¿Dónde está Lo'ak?

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sonreí viendome al espejo ligeramente sonrojada mientras arreglaba mi cabello en una suave media cola

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sonreí viendome al espejo ligeramente sonrojada mientras arreglaba mi cabello en una suave media cola

—______, ven apresurate—

La voz de Neteyam afuera de mi tienda hizo que un revoloteo se sintiera en mi estómago. Dejé escapar una risilla y me puse la mascara de oxigeno cerrando mi carpa para evitar que el oxígeno limpio saliese de esta. Afuera, vi a Neteyam dandome la espalda con la vista hacia el océano por la abertura del marui

—Neteyam—ante mi llamado el volteó a verme torpemente, sus ojos se agrandaron ligeramente y una sonrisa se formó en sus labios

—¿que?—pregunté con ingenuidad, él negó agachando su cabeza y mirada

—nada,mmm...te ves bien, ven vamos— cogió mi muñeca y me jaló hacia afuera del marui con delicadeza comenzando a caminar por los caminos hechos de tela.

Nunca había recorrido el pueblo entero, era algo grande a decir verdad, todos los caminos conectaban a las casas que a su vez conectaba con el bosque aunque este era diferente al del clan Omaticaya. Pudimos observar como los Metkayina recolectaban fruta y otros animales marinos. Todo era nuevo, y bueno, para ellos también éramos algo nuevo.Cuando pasábamos por sus lados la mayoría o bien corría disimuladamente o simplemente pasaban de largo escondiéndose en el primer marui que encontraban,a decir verdad, yo ya estaba algo acostumbrada, pero Neteyam, él no estaba acostumbrado, después de todo él siempre fue el querido de su pueblo,a donde iba lo saludaban y trataban con amabilidad y respeto, nadie le negaba un saludo, pero aquí, ellos prefieren aventarse al mar a mirarnos, añadiendo además que éramos los "extraños" por ser una "pareja mixta" todos aquí nos miraban como bichos raros, simplemente no encajábamos por ningún lado.

Seguimos caminando para explorar aquella selva cerca al mar, cuando una niña, casi de mi tamaño, dejó caer una pelota de tela que rodó hacia nosotros. Neteyam la recogió y se acercó a ella de manera amable con una sonrisa sincera para entregársela, sin embargo cuando estaba a tan solo 2 pasos la madre de la niña la cargo en brazos y prácticamente salió corriendo golpeando la mano de Neteyam con su cola accidentalmente, haciendo que la pelota rodara hacia mí. La recogí y cuando alcé la mirada me congelé por unos  segundos al ver a Neteyam, pude ver como contuvo sus lágrimas con un semblante triste, eso  me partió el corazón, suspiró y cerró los ojos .Con cuidado me acerqué y tomé su mano poniéndome delante suyo.

—No me das miedo Neteyam, a mí no— sentí como fruncí el entrecejo involuntariamente, él se quedó un minuto viéndome a los ojos bajando de a segundos su vista.Terminó por asentir—vamos, quiero conocer la playa ¿sí?—mencioné, él sonrió tristemente

<<Si entramos al bosque lo más seguro es que se sentirá peor porque le recordará a su tierra natal, dejémoslo por hoy>>

Bajamos por un camino de rocas hacia la playa encontrando una poza no muy profunda lleno de agua y rocas que brillaban como estrellas.

&quot;Príncipe Azul&quot; (Neteyam y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora