Capítulo 2: Primeros apuntes.

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Me encuentro en mi escritorio redactando las últimas páginas del libro en el que trabajo actualmente, para sorpresa de mis lectores es más basura literaria, historias que no dejan nada, vacías de verdad y llenas de mentira.

Han pasado tres días desde que he confirmado que tomaré la historia de ese viejo, el despistado de Raúl aun no me manda nada. – esto es muy aburrido – exclamé estirando mi espalda y tomando otro cigarrillo fui a la cocina, abrí la alacena y busqué mis galletas favoritas, galletas de chocolate rellenas con crema de maní, su sabor dulce y salado crea un balance que para mí es maravilloso.

Fui a la sala y acomodé mi sillón con una pequeña mesa cerca de la ventana y cómodamente me senté a ver el árbol de cerezo japonés que estaba cerca, me lo obsequió uno de mis primeros clientes proveniente de Japón, dijo que tienen un valor muy significativo para ellos. Puede significar lo transitoria y corta que es la vida, ya que a estos sólo están floreados por una semana, luego de eso caen como lluvia por el suave viento. También representa el código del guerrero japonés, samurái, siendo su ideal vivir con pasión o vivir con belleza, es decir, vivir con sinceridad y belleza interior, aunque la vida fuese corta.

No vi razón alguna para no aceptarlo, así que lo traje a casa y gracias a eso puedo suspirar con disfrute la belleza del árbol. Ya está en esa parte donde sus pétalos rosas pálido caen al suelo. Está cerrando otro ciclo, me pregunto cuántos ciclos quedarán antes de que muera...

Ups, otra vez. Tengo que evitar caer en esos pensamientos tan melancólicos.

Escuché el sonido de mi comunicador de la entrada, fui a revisar y había un sobre de parte de Raúl, por fin envió los archivos. Por alguna razón mi ánimo mejoró, traté de tomármelo con calma y terminar de comer mis galletas, pero la curiosidad me sobrepasó y metí a mi boca lo que quedaba de ellas, me apresuré a mi escritorio y abrí los informes.

–Vaya... – murmuré estupefacto luego de ver su expediente de vida. El anciano en cuestión se llama Elisha Cohen, tiene 75 años de edad y ha estado internado por 45 años. Eso ya de por sí es asombroso, nunca supe de alguien que estuviese tanto tiempo en un manicomio, no lo comprendo ¿Qué debes tener para estar metido tanto tiempo? Reviso los otros documentos y no se encontró nada raro en sus expedientes anteriores, era un hombre joven con buena salud, poseía gran capacidad intelectual, fue trabajador y estudioso y logró graduarse a los 25 años como doctor en ciencias sociales y humanidades. Al parecer, la razón de ser internado fue que tuvo una crisis nerviosa. Al final no hay mucha información.

Volví a revisar y había un último documento, era una carta de la institución que decía:

18/12/2.075

Estimado Dr. Hugo Méndez

Se le comunica que cuenta con la autorización de los respetables médicos psiquiátricos de esta institución para ingresar al área y tratar directamente con el paciente Dr. Elisha Cohen. La fecha de su visita será el 22 del mes presente, a partir de las 10 am. Se le exige puntualidad. Sin más que agregar se le extiende un carnet como pase de entrada.

Nos despedimos de usted y contamos con su apoyo y servicio.

Atentamente

Thomas Henríquez

Director

Me da curiosidad la última parte, ¿piensa que iré a hacer trabajo comunitario? Bueno da igual ya tengo el día establecido, prepararé lo necesario. Tengo que llevar mi grabadora, mi tableta para anotar mis observaciones, caramelos, mis cigarrillos baratos ya con eso estaría preparado. Estoy un poco intranquilo; tengo la sensación de que mis expectativas son muy altas.





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