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- ¿Y tú? – le preguntó Amelie. Y no se quedaba atrás en lo absoluto. ¿Por qué no lo iba a decir? Ardía en celos por cualquier otra mujer que se le acercara. Payton era suyo, y nada más que suyo.

Payton se quedó callado.

- Sabes que no me enfadaré... - mintió ella.

Él negó con la cabeza, tal vez riendo por dentro... por Dios, ¡la conocía como a la palma de su mano! Era increíble como ella aún no lo podía notar.

- Conocí a alguien. – admitió Payton. Suavemente acarició el muslo desnudo de Amelie con los dedos, entretenido. – y vale, sí... nos hicimos grandes amigos...

- Grandes amigos... - asintió Amelie. - ¿crees que no te conozco?

- No estoy mintiendo, nunca pasó nada más.

- Dime que no te acostaste con ella... - Amelie puso los en blanco, sonriendo como si aquello le hubiera causado gracia, cuando en realidad le dolía muchísimo preguntárselo. Payton subió la mirada hacia ella.

- No lo hice.

Y entonces aplastó sus labios sobre los de Amelie, saboreando lentamente el sabor de su boca. Un beso pequeño. Tibio. Sutil. Ella se dejó besar.

- No quiero seguir hablando sobre lo que pasó... - le pidió él. Amelie lamió sus labios después de a vérselos besado. Aquello hizo que las cosas subieran de temperatura. – quiero hablar sobre nosotros...

Seduceme - Payton Moormeier (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora