14

456 13 2
                                    

Y no se necesitaron palabras para expresar lo que ellos sentían. Se necesitaban hechos, actos y más...mucho más. Se amaban joder. Sí, ¿Por qué no decirlo? Se necesitaban el uno al otro aunque ninguno de los dos se animaba a decirlo esa noche. Amelie subió sobre su cuerpo, acomodándose sobre él, acurrucándose entre su poderoso torso. Él le acarició el cabello a la misma vez que tocaba su espalda. Y no quiso decirle nada. Solo actuar. Esa noche eso era lo importante. Actuar y dejarse llevar por lo que ambos sentían. La desnudó. Y Amelie se dejó hacer. Amaba que él la tocara de esa forma. Que pasara sus manos hasta por el último centímetro de su cuerpo. Que la estremeciera con el tacto de su piel. Era exquisito. Perfecto. Único. Y así lo sentía él también, su cuerpo fue a parar sobre el de Amelie, ahora también estaba desnudo y duro... duro como una jodida piedra. La piedra más dura o mejor aún...el mismo metal. Hace tiempo que no se tensaba de esa forma y es que ese sentimiento solo era propio de él cuando estaba con ella.

Amelie bajó la mirada para observar la enorme erección de Payton...

- Esto es tú culpa. – Payton se acercó a su oído, erizándole la piel. Amelie cerró los ojos, soltando un leve respiro. Algo parecido a un gemido. – esto... - y él decidió ser aún más malévolo en todo esto. Rozó el pene sobre el monte de venus de Amelie, esta le abrazó la espalda, metiendo sus uñas en ella. – solo lo provocas tú... - volvió a susurrarle el oído aquellas pequeñas palabras que hacían que todo el cuerpo de Amelie se encontrara a su disposición. Payton decidió separársele unos segundos, antes de comenzar a humedecer su dura polla en la feminidad de Amelie. - ¿quieres esto?

- Te amo. - Amelie abrió los ojos. No podía sentirse de otra manera, era...eran tan afortunada de tenerlo. Le abrazó la espalda, aunque sus manos no terminaron de encerrarla. Los ojos de Payton la miraron enternecido, enamorado, enamorado por primera vez pero como siempre de ella. – te amo y te necesito. – continuó ella. Esta vez mirándolo a los ojos, sintió que debía a vérselo dicho antes ,y aunque lo había hecho, este momento era mejor. Por fin sentía que habían hecho las pases y todo estaba volviendo a ser como antes. Que ninguno de los dos tenía ningún rencor contra el otro. Que todo estaba claro. – te juro que jamás he sentido esto por nadie...

Payton le besó la boca, interrumpiéndola.

- Te amo... - susurró ella, de nuevo.

- Y yo mucho... - besó su cuello, ella soltó una risita ahogada. – mucho más...

- Quiero que las cosas vuelvan a ser como antes ¿sí? – encerró el rostro de Payton en sus manos. – que solo seamos tú y yo...

Él se concentró en sus ojos. En lo bonitos que eran. En lo mucho que lo hacían perder la noción del tiempo. Asintió...

- Siempre hemos sido solo tú y yo. – le dijo mirándola fijamente. Amelie acarició la espalda desnuda de Payton. – quiero que hoy te olvides de todo nena...

Amelie soltó un respiro. Sería difícil. Con Payton se le olvidaban la mayoría de cosas, los problemas y situaciones. Con Payton se le olvidaba que haya afuera de esa cafetería en medio de una carretera, habían más de cien personas esperando por ella..., un novio, una fiesta, una ceremonia, su padre... tragó saliva. Haya afuera todo era problemas, mientras ahí adentro... solo se preocupaban por amarse.

- ¿Me prometes que lo harás? – le preguntó él. Ella volvió a asentir con la cabeza, esta vez bajando sus manos hasta la cintura de Payton. Él le lanzó una sonrisa. – quiero que hoy volvamos a ser los de antes. - Amelie arqueó las caderas, entonces Payton entendió lo que quería alcanzar de él, su dura y enorme polla. – que las cosas vuelvan a ser como en los viejos tiempos...

Seduceme - Payton Moormeier (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora