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- ¿Qué? Joder, ¿vas a estar ahí cagándote de risa toda la noche? – le preguntó Jackson. Se acomodó el smoking blanco que Emma había elegido para él.

- ¿Ella escogió el traje? – le preguntó Payton. Y sí, se reía escandalosamente solo para joder a Jackson. Desactivó la alarma del auto. Llevaban esperando por ellas afuera desde más de diez minutos.

- Sí. – contestó Jackson. Se frotó las manos. Invierno había empezado desde hace mucho en Mooresville.

- Está lindo... - se burló él.

- El tuyo tampoco está mejor.

- Amelie tiene mejor gusto. – se defendió Payton. Él en cambio traía un smoking negro que lo hacía lucir guapísimo.

- No, no lo creo... si está contigo es por que debe tener un muy mal gusto.

- Imbécil.

- Idiota.

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- ¿Te das cuenta que nos están esperando desde hace más de diez minutos? – le preguntó Amelie. Se hecho brillo labial y se bajó el vestido, aunque este igual seguía siendo pequeño.

- Ya sé, ya sé... ¡pero no encuentro el otro zapato! – le dijo Emma. Respiro profundo, tratando de tranquilizarse. – si tan solo pudieras preguntarle a Chase o Vinnie si es que lo han visto...

- ¿Bromeas? No voy a salir así de la habitación, para que esos dos empiecen a hablar tonterías sobre mí.

- Por favor... - le rogó Emma. Amelie cerró los ojos. Frustrada. Sabía que terminaría por hacerle el favor. La miró.

- Vale... - abrió la puerta de la habitación y salió hasta la sala en donde estaban los dos. Viendo no sé que cosa en la televisión. Ambos la escucharon caminar con aquellos tacos altísimos que le hacían unas buenas piernas.

- Uh... - Vinnie se volteó a mirarla, al igual que Chase, pero este último no hizo nada exagerado. Aunque igual le gustaba mucho lo que veía. - ¿A dónde te llevo guapa? – le preguntó bromeando, sin perderse un minuto de su anatomía. Amelie puso los ojos en blanco.

- ¿No hay nada ahí abajo?

- Aquí abajo hay mucho... nena, tú solo tienes que pedirlo...

- No, idiota. Abajo del sillón en donde estás.

Chase soltó una carcajada. Vinnie se agachó de mala gana y logró palpar una punta fina, al parecer un taco.

- ¿Quieres esto? – le preguntó Vinnie, enseñándole el zapato. – ruégame.

- No te portes como un niño, ¿vale?

- Y tú no andes por ahí provocándome.

- ¿Provocándote? – la voz de Payton sorprendió a todos ahí dentro. Él la miró de pies a cabeza. Bueno sí, era verdad... provocaba a cualquiera. Pero era suya. Y estaba preciosa. Ese vestido le quedaba de lujo. Negro y pegado a sus pechos, apretado desde su cintura hasta sus caderas, y de tela engomada. Traía el cabello suelto, ondeado, y lo había dejado caer sobre sus hombros. Tragó saliva. De un momento a otro había dejado de estar cabreado. Amelie estaba tan...tan... hermosa. Se quedó sin poder hablar.

- ¿Ya me das el zapato? – Amelie le sonrió a Vinnie, este se lo dio sin decirle nada más, ella lo cogió y caminó hasta donde estaba Payton. Los dos hombres que miraban la televisión no pudieron evitar observarla mientras caminaba. Definitivamente había demasiada testosterona en una sola casa. – estás guapísimo. – le dijo ella, con una bonita sonrisa. Y él no podía concentrarse en otra cosa que no fueran sus labios. Brillantes y llenos de ese delicioso labial que él le quitaría en cualquier momento.

- T...tú...guou... - Payton tragó saliva. – estás...preciosa.

- ¡Amelie! – gritó Emma, desde la habitación. Tenía la puerta media abierta. – ¿te molestaría dejar a Payton por un jodido momento y venir?

Amelie soltó una risa que logró hacer que Payton sonría también.

- Espérame. – le susurró en el oído, haciendo que la erección de Payton terminara de formarse entre sus pantalones. Esa noche iba a ser brutal...

Seduceme - Payton Moormeier (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora