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Estaban desde hace quince minutos aproximadamente en la entrada de su casa, solo ahí parados afuera, Yoongi no tenía idea de que hacer pero la muerte parecía tan tranquilo, estaba mirando hacia enfrente atento a la puerta de la casa como si esperara a ver el próximo movimiento de Min.

En el camino de ida a su casa, su tan hermoso pero algo estresante hogar… la muerte se la paso deteniendo todo el tiempo. No podía ni creer cómo es que incluso pensó en ocasiones que ese ser era tierno al sumergirse en cada objeto o comida que encontraban en la calle.

Aún así parecía el ser más elegante y hermoso que había visto, bueno su prometido también era lindo así que…

- ¿Piensas así de mi? - Preguntó interrumpiendo los pensamientos de Yoongi haciendo se asustara tras la repentina pregunta.

- ¿He?

- Puedo leer todo a los pensamientos humanos, aunque siendo sinceros señor Min no es de mucha utilidad del otro lado.

Yoongi quedó en silencio por un momento, alarmandose de todos los pensamientos tanto positivos y negativos que tuvo hacia la persona muerte a su lado… esperaba que no fuera a enojarse.

- No me digas señor Min cuando estés en mi casa, digo no sonará normal. - Intentando desviar la conversación a otro tema.

- Entonces Yoongi. - Un escalofrío lo recorrió, era extraño ese sentimiento ni siquiera podría explicar cómo uno solo, parecía dulce y a la vez temeroso.

Como un vino fuerte que te cala en la garganta al tomarlo pero es dulce después de que el sabor se intensifica en tu paladar.

- Solo le pido que no vaya a usar su magia en mi casa. - Le pidió, después de ver lo que hizo con el choque estaba alerta de eso. -  Vera Jimin tiene un carácter muy pesado, así que lo presentaré como mi primo pero no sé cómo presentarlo.

- ¿Presentarme? - Preguntó con una expresión de duda, aún no parecía estar acostumbrado a las formalidades humanas a pesar de mirar las almas mortales durante milenios.

- Si, su nombre.

- Hoseok. - Soltó sin pensarlo demasiado. - Es un nombre que use cuando vine por última vez

- Hace mil quién sabe cuántos años. - Soltando una sonrisa intentando subir el ánimo al ambiente, después de eso Hoseok le dió una sonrisa y bajó la mirada.

Tras esa pequeña charla Yoongi entró seguido de Hoseok, con lentitud volteando a ver sorprendido a Hoseok detrás de él. Mirando los pies de este, tenía unas botas negras parecían de cuero con un pequeño tacón pero a pesar de eso…

Sus pasos no se escuchaban.

- Yoongi, ya regresaste. - Escucho la voz de Jimin no muy lejos, así que se enderezó en su lugar hasta que miro a Jimin viniendo desde la sala.

- Jimin, te presento a mi querido primo Hoseok. - Dando una sonrisa haciéndose a un lado para dejar que Hoseok diera unos pasos al frente poniéndose a su lado.

Jimin se alarmó, estaba enojado ese no se parecía nada a Yoongi, así que está casi seguro que no podía ser primo de Yoongi pero… la atmósfera que tenía a su alrededor le hacían estar alerta aún más, como si sus sentidos le estuvieran gritando que ese chico era peligroso.

- Mucho gusto. - Se presentó estirando la mano esperando que la estrechará a lo que Jimin lo hizo pero soltó la mano rápidamente por la sensación de inquietud que le generó.

Pero Hoseok solo le sonrió, Park Jimin era un completo, bueno era humano.

- ¿Primo?

- Si mi primo… sabes acaba de llegar del extranjero. - Yoongi se quedó pensando bajo la mirada enojada de Jimin y una de curiosidad de Hoseok. - De Grecia.

Me muero por vivir [Yoonseok] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora