prólogo.

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En un atardecer había un pasillo que llegaba hasta una puerta con tonos dorados. La puerta se abrió y se vió de espaldas a una chica enfrente de un escritorio con muchas cosas para herramientas para hacer perfumes, había estantes llenos de botellas con perfumes y otros con flores para los perfumes. La chica tenía pelo ondulado hasta la cintura blanco y suave con una piel pálida con tonos rosados en sus codos, rodillas y hombros. La chica hacía un perfume con lavanda hasta que una voz de una mujer hablo.

— ¡shio!, Empieza a empacar. — Le dijo la mujer y la chica volteo para poder ver a una chica con ojos azules con labios rosados y mejillas algo rosadas. La chica agarró unas cajas que estaban en una esquina de la habitación y empezó a guardar primero las botellas con perfumes en cajas especialmente para las botellas y luego para guardarla en las cajas normales y guardar todo bien. Cerró la caja con cinta y la puso en la sala de su casa junto a más cajas.

La chica fue hacía su habitación para que se puedan ver más cajas de mudanza. Se fue a poner una pijama para descansar.












































07:00 a.m























Sonó su alarma y despertó para irse a tomar un baño y ponerse una falda de mezclilla y medias negras con polainas y zapatillas negras y una camisa de mangas largas blancas junto a una bufanda y un saco café. Se fue a desayunar y después a agarrar una mochila para poner, sus audífonos, computadora, tableta, celular, un libro que estaba en su laboratorio para hacer perfumes, una libreta, lapiceros, algunos bocadillos y otras cosas no tan relevantes. Miro desde su habitación como los de mudanza ponían las cajas en el camión y llamaban a la chica. Bajo y sus padres ya estaban en el carro. Subió sin antes cargar a su gato blanco con ojos verdes y mirar el camino con su gato en brazos.

Madre, ¿Por qué tenemos que mudarnos?... Me gustaba este lugar... — Le dijo y bajo su cabeza, no le agradaba dejar su lugar para ir a otro país. Su madre la miro y acarició su cabeza.

— "Cariño, no te preocupes... Además te aseguro que nuestra nueva casa es más grande y tú habitación va a ser muy grande y puedes seguir haciendo perfumes... A tú abuelo le gustaría verte feliz, ¿Si?, Así que mejor ve pensado en un nuevo perfume. — Le dijo con intenciones de cambiar su perspectiva de la mudanza pero la chica no dijo nada al respecto y prefirió estar en silencio todo el camino hasta el aeropuerto. Cuando llegaron dejaron sus maletas y fueron hacía el avión. Su padre siempre hablaba por teléfono con asuntos del trabajo y su madre solo veía revistas. Fueron en primero clase pero a la chica solo le interesaba su libro con todas sus recetas para hacer perfumes.

— __ Shio... Por favor no estés siempre en ese libro, hay muchas cosas más... Y por cierto... Tú padre y yo no queríamos decirte esto pero... Vaz a ir a la escuela. — Las pupilas de Shio, (es su apellido pero la llamaré así) se hicieron pequeñas y los miro. Su padre mejor evitó verla fingiendo ver la ventana.

— ¿Escuela?... Pero... Prefiero estudiar en casa sin más gente... — Le dijo algo nerviosa por el simple echo de estar rodeada de gente con su edad. Su madre trato de animarla.

— ¡Pero será bueno!, ¡Vaz a conocer gente de tú edad que talvez les interese los perfumes que haces! — le dijo tratando de animarla pero Shio parecía un perro abandonado muy triste. Solo se fue a su asiento mientras las azafatas le servían la comida y un poco de vino. Shio se fue a escuchar música y hacer nuevos diseños de perfumes como olores... Para ella con solo oler a una persona es fácil saber sus intenciones, su miente, y sus personalidades... Por eso le gustaban los perfumes, era una arma para esconder lo que es con sus olores como la lavanda o limón.

Shio continuó todo el viaje preocupada por asistir a una escuela... Tenía miedo de que le dijeran cosas, que la traten mal y en su peor preocupación que la golpearan. Trato de calmarse en todo el vuelo hacia Japón. Shio no sabía si iba a encajar, hace 7 años que estudiaba en casa y se aislaba haciendo perfumes en su mundo. Trato de no ponerse nerviosa y llegaron en la noche. Shio y sus padres llegaron a una gran casa con un hermoso jardín con flores, los ojos de Shio brillaron ya que las flores la utilizaba para sus perfumes. Pero llegó a su habitación y estaba vacía por qué apenas llegaron. Había una cama pero odiaba el olor... Olía a dulce amargo, así que agarro un perfume que ella hizo y lo soltó y ahora todo olía fresco como un bosque con árboles de limones en un día hermoso. Shio se fue a dormir tratando de no pensar que en una semana iría a una escuela. Sus padres insistieron que sería muy buena idea y que nada le va a pasar pero... Olían a desconfianza y mentira... Los miraba desviando sus ojos en señal de que mentía y hablaban lentos entrecortados para tratar de hacer excusas... Podía también ver sudor de nervios y solamente dejo de opinar y callarse. Se fue a hacer una nueva receta pero... No tenía nada para hacer, un motivo o talvez a alguien así que por el momento lo dejo.

𝑶𝒍𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓 (Teru Minamoto x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora