1. ¿Cyborg Sexual?

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Miguel O'hara, el spiderman encargado del orden de los multiversos. Todos sabían de la excelencia de su trabajo y de lo que era capaz de hacer para cumplir sus objetivos. No era sorpresa para nadie cuando en algún momento desaparecía, era bien sabido que al no poder controlar su lado arácnido necesitaba tiempo a solas y de un suero especial para poder controlarse... o eso era lo que todos creían.

En realidad Miguel desaparecía e iba todos los días rumbo al laboratorio de su amiga científica, Angie.
Muchos la conocían por sus grandes hazañas y del impacto positivo de sus inventos en el mundo. Miguel la conoció cuando necesitaba ayuda con la creación de Lyla y de algunos artefactos que le eran de ayuda en el cuartel.

Él entró por la ventana del techo, tratando de no hacer ningún ruido pero el estado Horny de su cuerpo le impedía moverse a su gusto, no pudo seguir sosteniendose y cayó al suelo.

— Hoy llegaste antes — Dijo Angie, aún de espaldas — ¿Lo mismo de siempre?— Miguel hizo un ruido en forma de queja. — No te entendí ¿Qué dijiste? — se burló. Sabía perfectamente lo que él quería pero le gustaba molestarlo.

— Dame el maldito suero — Su tono de voz era apresurado y ansioso, su respiración era difícil de controlar y lo hacía de manera entrecortada. Había comenzado otra vez su ciclo de "Celo" y  lo único que lograba controlarlo era aquel líquido.Odiaba sentirse así.

—Pero que poco sentido del humor— se dio la media vuelta y le lanzó una jeringa con un líquido morado, Miguel lo atrapó en el aire y se lo inyectó en el brazo. Su respiración se calmó y exhaló el aire contenido con fuerza— Gracias.

— ¿Sabes? No es normal que una persona esté excitada todo el tiempo. Deberías de hacer algo, no sé ¿conseguirte una novia quizá?

— El cuerpo de una humana no es apto para mi, antes de ser "un spiderman"—hizo comillas con los dedos—tuve parejas sexuales, siendo un humano se quejaban de que las lastimaba. Ahora que mi fuerza ha aumentado puede ser muy peligroso. Me gustan el sexo rudo, si estoy con una mujer puedo llegar a lastimarla, nadie sería tan loca como para intentarlo conmigo.

—¿Y qué hay de las Spider-Women? Creo que alguna ha de igualar tu fuerza. —Ella levantó su brazo mostrando sus músculos.

— No quiero involucrarme con nadie en el trabajo. Además, odio escuchar quejas. ¡Me dejaste marcas! ¡No muerdas! ¡Sé más cuidadoso! — Él seguía tirado en el suelo, no quería levantarse, miraba a la nada tratando de encontrar una solución.—No entiendo porque de la nada siento tanto apetito sexual... — cubrió su rostro con su brazo.

Angie tosió al escuchar eso, nunca iba a admitir que la culpable de los ciclos de celo irregulares de Miguel eran culpa suya. Le tomó muchísimo tiempo llenar la oficina del arácnido con afrodisíacos y feromonas sexuales. Necesitaba que el hombre frente a ella tuviera un apetito sexual voraz o de lo contrario su plan no funcionaria. Tenía que convencerlo de quedarse con "ella"

—¿Sabes? Pensé en tu problema e inventé algo que tal vez podría ayudarte.

— ¿Algún tipo de Juguete sexual? Ahórrate tus comentarios, ya lo intenté y ninguno me funcionó.

— Estás frente a una dama, ten un poco más de vergüenza al hablar, no seas tan descarado. — Miguel soltó una carcajada ante su comentario, a veces olvidaba que Angie era muy cerrada al hablar de sexo — pero no, hice algo mucho mejor que un juguete barato, sígueme.—ella se dirigió hacia otra habitación, él no tuvo más remedio que levantarse y seguirla.

Llegaron a una máquina que estaba cubierta con una sabana.

— ¡Te presento mi más reciente invento! — quitó la manta de la máquina mostrando a una chica desnuda dentro. Miguel abrió la boca para decir algo pero no encontraba palabras para describir su confusión — tranquilo, no es real. — Aclaró ella tratando de calmarlo.

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