Al final de cuentas, Felipe seguía siendo mi novio, y yo debía entregarle lo que el más necesitaba en ese minuto, mi apoyo, cariño y por, sobre todo, amor. Es por eso que al día siguiente fuimos con mi familia a su casa para hacer un almuerzo "familiar". Claramente esto era algo sorpresa para Felipe...
— Feli, cariño... Ve a abrir la puerta, por favor. — Dijo Ester desde la cocina.
— Ya voy. — Respondió.
Felipe abrió la puerta y nos vio ahí. A mi madre, padre, abuela y a mí. Vi como su cara se iluminó inmediatamente, y solo atinó a abrazarme.
— Lo siento mucho, Javi. — Me dijo mientras me abrazaba.
— No tienes nada que sentir, Feli. Está todo bien. — Le respondí mientras le abrazaba y le hacía cariño en su espalda.
— ¿Me perdonas? — Me dijo mirándome a los ojos.
— ¿Perdonarte? ¿De qué? — Le pregunté. No has hecho nada malo... A excepción de tener tu habitación llena de polvo... — Bromeé.
Todos rieron en aquel momento. Luego, mis padres y abuela saludaron a Felipe y su abuela. Una vez entraron, nos quedamos con Felipe por un momento en el pórtico de su casa.
— Felipe, no tienes nada de que disculparte. Aquí nadie tiene culpa de nada; y si alguien tuviera que pedir disculpas, ese debiese ser yo por ser tan gilipollas y haberme ido ayer así de aquí. — Le dije.
— Está bien, amor. Estabas en shock, y no sabías como reaccionar. — Me dijo mientras me hacía un cariño en mi barbilla.
— Es que no está bien, Feli. — Le dije. Lo que más necesitas es apoyo y amor en estos momentos, y ayer siento que no te entregué eso que necesitabas. De verdad, lo siento mucho.
— Tranquilo. — Me dijo. ¿Todo bien ahora?
— Todo bien. — Le respondí con una sonrisa y unas cuantas lagrimas saliendo de mis ojos.
— ¿Puedes darme un beso? — Me preguntó.
— ¿Cómo me preguntas eso? Obvio que sí, bobito. — Le respondí.
Me acerqué a él, y le di el mejor beso que jamás pude haberle dado. Fue un beso realmente increíble. Ahora, en vez de estar la luna acompañándonos, estaba el sol a punto de ponerse en el atardecer, con la brisa de verano rozando nuestros rostros. Si quisiéramos llevarlo a lo que dirían las películas de Disney, podríamos decir que fue aquel Beso de Amor Verdadero que tanto hacen alusión en sus películas. Después de aquel mágico momento, nos abrazamos y pude volver a sentir su maravilloso aroma, aroma que pagaría millones por volver a sentir en su piel. Finalmente, entramos tomados de la mano a la casa y cerramos la puerta mientras nos reíamos a carcajadas como lo solíamos hacer.
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Amar después de ti
Short StoryJavier es un chico de quince años. Es español, y esta historia corta se centra en una situación que jamás se imaginaría haber vivido con quien sería su primer amor. Basada en la historia original del autor Agustín Alegría. "Amar después de ti", es u...