04. Traje de boda

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Nagi no lo pensó mucho cuando lo hizo, solo pensó que quería hacerlo y no encontró ningún problema en ello

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Nagi no lo pensó mucho cuando lo hizo, solo pensó que quería hacerlo y no encontró ningún problema en ello.

Reo tampoco, de hecho.

Si se detiene a reflexionar sobre lo que hizo ayer sus mejillas no se sonrojan y tampoco cree que su ritmo cardíaco se acelere, pero definitivamente le gustó besar a Reo.

Reo es un niño mimado, un hijo de papá que lo ha tenido todo en bandeja de plata desde su nacimiento. No lo envidia ni siente celos por él de ninguna manera, pero lo considera una persona bastante aburrida, como el típico personaje que lo tiene todo en la vida.
Es por eso que cuando confirmó el supuesto enamoramiento que tiene por él no solo le sorprendió que es gay, sino que lo eligió a él, un vago raro y perezoso. Inmediatamente pensó que no serían una bonita pareja, porque a Nagi no le gustan los chicos ──es más, se considera algo así como arromantico, si buscamos una etiqueta específica para eso── y ambos son básicamente polos opuestos. No es amante de los mangas de romance y las historias de amor, pero que él sepa los pares así no funcionan.

Ese y mil motivos más para no relacionarse con una persona como el heredero de la compañía Mikage, pero si lo llamamos así, justo así, las cosas cambian.

Reo es el hijo del CEO de aquella corporación multimillonaria, como dicho antes, puede tener todo lo que desee y que se pueda conseguir con dinero. Ahora vamos al objetivo de Nagi en la vida, que es encontrar un buen trabajo de paga abundante para jubilarse jóven y vivir una vida sin preocupaciones. Él y sus videojuegos.

Si se empareja con Reo es precisamente eso lo que puede obtener.

O eso es en lo único que pensó hasta que su cuerpo se acercó peligrosamente al del menor y sus bocas se tocaron por un milisegundo en el que dudó de si continuar, pero sintió lo suave que era el labio inferior de Reo, rojo y carnoso. No se considera un buen besador, porque ese fué su primer beso y hasta ahora ni siquiera se planteó en besar a alguien, pero puede decir que lo hizo bastante bien. Eso sobretodo porque notó como a Reo se le enrojecía el rostro y le faltaba el aliento. La carne de sus labios se tiñó de un rojo más vivo y lucía ligeramente hinchada.

En serio, vió estrellas en ese momento.

Besar a Reo fué una experiencia completamente diferente a las que experimentó hasta ahora. Le gustó. Le jodidamente gustó robarle el aire a la persona de la que sabe que tiene sentimientos por él, eso solo lo incitó a esforzarse más y enrollar su lengua con la del menor. Los movimientos del Mikage eran algo torpes y sorprendidos, no podía culparlo, sabía que lo que sea estaba haciendo, le estaba saliendo bien. Cuando sus pulmones rogaron por oxígeno, se vió obligado a separarse de lo que en pocos segundos logró considerar una adicción.

Eso, una obsesión.
Seishiro comprendió que devorar esos labios tan salvaje como podía, en un periodo corto de tiempo, se volvió en una especie de adicción.

Operación: ¡Ámame!──Nagireo SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora