Like Chasing the Clouds [Secuela de El Día a Día]

Cap. 67

-¡Alto! -me dicen los policías mientras me apuntan con sus armas, yo levanto lentamente mis manos como me lo ordenaron.

En ese momento un hombre entra cogeando porque tiene su pierna lastimada y diciendo entre dientes -Carajo, ni cuando estoy lastimado puedo descanzar. -maldice molesto.

Cuando me ve, se sorprende y yo también porque se trata del hombre que salvé en la explosión junto con Jeff.

-Todos afuera, ahora. -ordena ese hombre firmemente haciendo que todos los policías se retiren y también Indy y Alan.

De repente el avanza y me da un abrazo -Gracias hijo por salvarme. -murmura palmeando mi espalda.

-No fue nada. -contesto alejándome.

-Sí fue. -él agacha la cabeza y suelta un suspiro -Debo decirles algo, Megan tus padres me pagaron para encerrar a Leo, yo... todo el tiempo supe que es inocente. Si lo hibieras sabido, no me hubieras salvado. -confieza.

-¡¿Cómo fue capáz de hacer eso?! -exclama Megan molesta mirando confuria al hombre.

-Claro que sí. -respondo poniendo mi mano en su hombro -Porque yo provoqué ese incendio. -agrego sonriendo nervioso.

-Bueno, yo no diré que hiciste explotar la cárcel y si tú no dices que acepté un soborno. -propone ese hombre.

-Hecho. -acepto -Pero también quiero mi libertad, dijo que siempre supo que soy inocente. -cuestiono arqueando una ceja.

-Sí, no te preocupes de nada, yo me encargo. -asiente y sale del cuarto.

Luego de eso, unas enfermeras llevan a Megan y a la recién nacida a una habitación, ella viste una bata rosada y la bebé se encuentra dormida en su cuna.

-Leo, eres un héroe, salvaste a ese hombre. -me dice Meg sonriendo.

-No, hay algo más importante que eso, soy libre. -hablo tomándo su rostro con mis manos -Libre.

-Podrás estar con nosotras. -habla ella llorando de la alegría, en eso, yo la abrazo y no puedo evitar derramar unas cuantas lágrimas.

-Pero... -Megan se aleja y secas sus lágrimas -Falta hacer algo muy importante. -dice mirándome a los ojos -¿Cómo llamaremos a la bebé?

Yo sonrío con ternura y me siento a su lado en la camilla.

-Cuando estuve encerrado yo...

-Te pusiste muy fuerte. -me interrumpe ella con una sonrisa juguetona.

-Jajaja sí, pero también leí libros. -hablo con una sonrisita.

-¿De que clase?

-Novelas románticas como las que te gustan. -le explico porque sé que a ella le encanta leer libros.

-Pero ¿Por qué?

-Estaba buscando un nombre para nuestra hija, vi muchos pero no sé cual es el indicado. -contesto un poco desepcionado.

-No importa Leo, encontraremos un nombre adecuado para nuestra hija... juntos. -murmura juntando nuestras frentes... extrañaba tenerla así de cerca.