The Prowler ( Miles Morales x tú) Tierra 42

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~Celos~

Narra: T/n 💗

Rayos voy tarde! - gritó saltando por las escaleras saliendo lo más rápido de mi apartamento y bajando las escaleras.

Me pasaba todos los días, llegaba a minutos de mi turno de trabajo más por el hecho de que me quedaba haciendo tarea y el único tiempo que tenía para trabajar era en la noche.

Gracias a Dios mi jefe es alguien que comprende mi posición pero claro no quiere que abuse de su amabilidad. Trabajo en una panadería/pastelería pero parecia más una cafetería. Los clientes eran muchos a todas horas por lo que mis turnos eran estresantes.

Hola Ilai ¿como éstas? - saludo a mi jefe quien corresponde con una gran sonrisa.

Bastante bien ¿y tu dulzura? - asiento diciéndole que estába bien entrando a tomar mi lugar y colocarme mi delantal.

Ilai era un chico de 20 años muy guapo a mi parecer el había heredado la cafetería ya que era el más responsable de sus hermanos. Sin embargo se la pasaba triste porque piensa que nunca conseguirá alguien en su vida amorosa.

T/n atiende la mesa 8 porfavor- asiento saliendo del puesto de la caja automática.

Voy en dirección a la mesa dándome cuenta de un mal detalle. Una sonrisa burlona se dibuja en su rostro al verme.

Ahora usas faldas cortas y trabajas para un imbécil? - ruedo los ojos molesta, porque no podía ser más normal?

Claro además ese imbécil es sexi- me burlo notando cierta molestia en el rostro de Miles- y bueno, ¿que vas a ordenar? - tomó mi libretita para ordenes.

¿Le llamas sexi a un nerd? - miles alza una ceja con notaria molestia.

Sip es lindo- volteo la mirada a donde se encuentra Ilai atendiendo clientes y por un momento pensé que sería un buen novio... Claro más por el hecho de que Miles nunca me vería como mujer.

Ya que, quiero un cafe junto con unas donas glaseadas- anoto el pedido y camino a la cafetera dispuesta a prepararle el café.

Ese cliente se ve estúpido, solo por tener dinero no significa que deba tratar a otros como si fueran menos que el- gruño Ilai viendo como Miles miraba a los demás creyendo que podía hacer lo que quisiera con ellos.

El es así muy pendejo - alzó mis hombros quitándole importancia. Al final de todo me gustaba tal y como era. Si, a veces era molesto pero me acostumbré lo suficiente como para ignorarlo o sobornarlo.

Bueno aquí dejo tu orden- dejo su pedido en la mesa pero me detiene cuando estoy por irme.

La falda es demaciado corta puedo ver el inicio de tu entrepierna- un sonrojo aparece en mis mejillas poniéndome nerviosa al instante.

¡Que te importa! - grito enojada desapareciendo de su vista lo más rapido que pude.

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————««

¿Entonces aceptas salir conmigo? - Ilai me sonreía buscando una respuesta en mis ojos pero la confusión en ellos lo dejo nervioso.

Amm cuando y donde? - suelto una risita sacándolo de su momento de nervios.

En donde desees linda- me guiño un ojo causandome un leve sonrojo.

Bueno mañana te escribo y sacamos el día de la cita- me despido saliendo del trabajo directo a mi apartamento.

Me ubiera gustado que Miles fuera el que me pidiera una cita pero eso al parecer no estaba en mi futuro. Creó que ya es hora de dejarlo ir, tal vez la otra chica lo haga feliz.

Ojalá ella te valore como yo lo hago- susurro mientras subo las escaleras topandome con Rio, la madre de Miles.

Hola preciosa, ¿como te fue? - saludo con su linda sonrisa una que me sacaba de malos días, ella era muy especial para mí.

Bastante bien de hecho quien tiene una cita con su jefe?- suelto una risita coqueta haciendo que ella se sorprenda.

¿Que?¿No es muy mayor para tí? ¿Que edad tiene? - sus preguntas me sacan una carcajada.

Tiene 20 años es menor que tu hijo- bajo la voz al nombrar a Miles, siendo sincera aún me costaba creer que no tendría oportunidad con él.

Ouh está bien- alza los hombros indiferente- yo te quería como nuera- se limpió una lágrima de cocodrilo haciéndose la dolida.

Ay ojalá- suspiro abriendo la puerta de mi departamento.

Ojalá que? - su voz me deja helada justo al frente de la puerta sacándole un susto a Rio también.

Hola hijo, pasa no seas entrometido- Río le dio un leve empujon para que entrará a su departamento, a veces le agradezco que me saque de momentos como este.

Rio sabía de mi enamoramiento por su único hijo pero respetaba mi decisión. Además siempre portaba la esperanza de que yo fuera su más soñada nuera...

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