Verso 8

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Y todo va a pasar
Verás el sol brillar.
Tu más que nadie, mereces ser feliz.

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— Eviten apartase mucho de la orilla, y recuerden, cayendo el sol el trabajo termina. Aquí tienen sus baldes.

— Gracias.— Dijeron al unisono.

El 11 de febrero, Jin invitó a Namjoon a la costa de Taean. Contra todo pronóstico, quería disipar aquella aura de tristeza que el otro desprendía desde el día en que lo conoció.

Decidió apartar su fin de semana después de saber que a Namjoon le gustaban los mariscos y por sobre todo los cangrejos, no estaba seguro de si encontrarían uno en un lugar donde se recogen almejas, pero es lo que encontró en poco tiempo, su ansiado viaje se realizó con el deseó de darle una buena cena al moreno.

— Oye! Este es mi lado, trata de no cruzar la línea.

— ¿Cuál linea Namjoon?

El mencionado trazó una con su pala y la señaló sonriente, yendo a encontrar su cena. SeokJin rió enternecido viendo como un hombre tan grande y fuerte como él se veía como un niño pequeño e inocente con sus botas, overol negro y un sombrero rojo. Ah! Y no olviden esa cara de concentración que tomó una vez comenzó a escarbar.

Solo eran ellos contra la gran playa y el sol de medio día, tal vez fué precipitado y en realidad Namjoon no disfrutaría tanto una actividad como ésta en días que se supone debes descansar, así que SeokJin se preocupó por eso, pero cuando giró a verlo todas sus ideas se esfumaron.
El hombre sonreía por haber encontrado algo, lo limpiaba con cuidado mientras sonreía, se veía...

Lindo.

Sin dudarlo, sacó la cámara instantánea de su propio overol y capturó a Namjoon bajo el calor y el reflejo del agua.

Un instante después aquel pareció haberse olvidado de los límites y fué a mostrarle con entusiasmo el diminuto cangrejo que logró atrapar. Sus ojos brillaban y casi saltaba de la emoción, tenía al animal entre sus manos siendo protegido, cuidando no lastimarlo o molestarlo. Jin no sabía que era más lindo, sus hoyuelos o el cangrejo viendolo sin entender nada.

— Espera, le tomaré una foto.

— También quiero salir con él!

No fué una, no fueron dos. SeokJin sacó infinidad de fotos. La película de la cámara se llenó de retratos de un pequeño cangrejo, del mar y de aquel amor débil que de a poco se volvía especial en su corazón sin siquiera percibirlo.

La puesta de sol no tardó en llegar anunciado el fin de su trabajo, después de entregar las herramientas y recibir las dos bolsas llenas de almejas. El brazo de Namjoon de inmediato pasó por el cuello de SeokJin hasta reposar sobre su hombro, celebrando su recompensa, y así caminaron a la posada donde pasarían la noche.

Desde aquel incidente de la bicicleta Namjoon se la pasaba dedicándole lindas sonrisas e invadiendo su espacio personal con abrazos o este tipo de acciones.
SeokJin no quería darle vueltas al asunto pero el sentir a su corazón latir anormalmente siempre que su compañero se acercaba le volvía la tarea un tanto difícil.
Cuando siempre compartían el helado aún sí había uno para cada quien o cuando compartían tareas sin problema alguno como justo ahora que mientras Namjoon lavaba las almejas SeokJin tomó una ducha y una vez limpios era el turno de Namjoon mientras SeokJin las concinaba... No era la gran cosa... Pero si seguían con la dinámica, ¿Cuáles eran los daños colaterales?.

Con la cena casi lista Jin aprovechó y revisó los mensajes que no atendió durante el día.

Yoongi poniendolo al corriente de la oficina, y con eso me refiero a la vida personal de sus empleados.
Un par de su madre diciendole que la pasara bien y... Jungkook.

Por la mañana le había deseado un buen viaje, SeokJin le agradeció, pero al no haber respuesta después de eso, mandó 3 mensajes más.

"Hyung, la está pasando bien?
Coma bien por favor, lo estaré esperando.
Lo quiero mucho hyung, no se desvele"

Todos con una diferencia de hora preocupante. SeokJin se sintió un tanto culpable.

"Muchas gracias Kook, estoy a punto de comer sopa, no te preocupes.
También te quiero".

Respondió, pero se sintió inquieto al haber agregado un corazón al final. Meditó varios segundos y su dedo quedó a centímetros de la pantalla dudando en si borrarlo o no, no sé sentía correcto pero es lo que había estado haciendo...

— SeokJin, eso huele muy bien!— Se sobresaltó y rió de sí mismo al ver a Namjoon secándose el cabello desde la puerta. Dejó el teléfono y le pidió que se sentara para cenar.

— Dios, esto está delicioso!.— Al parecer Namjoon estaba fascinado, era la primera vez que probaba la comida del mayor.— ¿Por qué ocultaste tanto tiempo ésta delicia?

— Come despacio, mañana puedo volver a cocinar.— Para SeokJin era divertido ver sus mejillas un poco llenas de caldo, y es que sus ojos no se apartaron de su sonrisa en ningún momento dejando el pensamiento fugaz de tocar esos hoyuelos.

Al día siguiente, teniendo una agradable despertar en la que lo primero que vió fue al moreno haciendo el desayuno, partieron a casa deteniéndose en cada oportunidad que les presentaba la carretera, el día anterior tenían ganas de hacerlo, pero llegarían tarde a su reserva. Ahora contaban con tiempo suficiente, haciendo que su llegada a la común parada de autobús de la ciudad fuera pasadas las 7 de la tarde.

— Gracias por el viaje. Fué divertido.

— Namjoon déjame llevarte a casa, no es ninguna molestia, lo digo en serio.

— Sé que no lo es. — Rió dulcemente.— ¿Puedes cambiar el llevarme a casa por acompañarme?

— Trato.— SeokJin ni siquiera cuestionó a dónde, salió de la camioneta y caminó a su lado.

No quería que el mundo se moviera ni un centímetro, todo lo que importaba era la banqueta que compartían y esas sonrisas nacientes de cualquier comentario del otro. Tampoco quería que el tiempo se acabara, porque así no tendría que dejar su lugar al lado de él.

El corazón es egoista y caprichoso, yendo siempre en contra del pronóstico de la aparente tormenta justo al final del invierno, ignorando su peligro. Emanando un anhelo en SeokJin que solo creció al ver aquel perfil bajo la luz de la luna.

Resolviendo que no quería dejarlo nunca.

— Llegamos a tiempo. Mira.— Namjoon señaló más allá del lago en el centro de la ciudad, en el momento exacto en que el espectáculo de fuegos artificiales empezó sin más.— Es hermoso!.— Se recargó en la valla abriendo sus ojos con maravilla.

SeokJin, en medio de sus pensamientos vió los colores explotar en el cielo. — Lo es...— Dijo. Sin embargo después de la 5ta. Flor, en silencio y con timidez, giró su rostro perdiéndose en la tez de su acompañante.— Sí que lo es.

Sonrió enternecido capturando el momento en su mente y su corazón.

Entre el bullicio olvidó quien era, con quién estaba y quien le esperaba. Se aferró al brazo de Namjoon y recargó la cabeza en su hombro, dejándose sentir. Cerró los ojos un instante asegurandose de que su cabeza no olvidara el olor a café con chocolate que desprendía el menor.

— Tenemos que venir para el festival de primavera.— No era una sugerencia. Namjoon lo afirmó y SeokJin no se opuso.

Por debajo de los abrigos sus traviesas manos se entrelazaron con tanta facilidad como si desde hace rato ya se hubieran estado buscando para tocarse.
Y, de eso se trataba, solo de disfrutar....

"Hyung;¿ Llegaste?
Estoy fuera de tu casa."

Dia De Enero || NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora