Dia De Enero || Namjin

Coro pt.2

Ya vas a ver cómo va la misma vida
A decantar la sal que sobra en el mar.

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La vibración del teléfono lo detuvo en las escaleras de su edificio por 3ra ocasión, sacándolo del bolsillo ni síquiera verificó de quién se trataba esta vez.
Colgó y siguió subiendo con la maleta.

Había sido un día extraordinario para él y eso es en lo que quería centrarse.

En su rondaban aquellas dos verdades absolutas reveladas gracias al peligro que lo veía en secreto siempre que caminaban juntos.

Uno:
El destino pone todo en su lugar, solo basta con tener paciencia y soportar los malos ratos.

— Namjoon!.— Habló alerta el hombre apenas le vió salir de las escaleras.

— ¿Qué haces aquí?

— No contestabas mis llamadas, así que vine a ver si estabas bien.

Namjoon lo miró por encima, caminando a la puerta de su departamento para abrirla.— Estoy bien.

— Eso veo, ¿Fuiste de viaje?

Namjoon asintió en silencio indicándole que no era tan bienvenido como creía.

Ante el rechazo de una conversación informal, este miro al piso con pena, después a él y soltó— ¿Podemos hablar?

"No". Quiso decir, sin embargo, lo invitó a pasar.

— Sigues sin usar el elevador, es gracioso.

— Supongo. ¿Quieres agua? ¿Té?

— Estoy bien, gracias. Es agradable estar aquí otra vez.

— ¿Dé que quieres hablar?

— ¿Ahora tenemos prisa?.— Namjoon lo miró muy seriamente y él entendió que no era momento para bromear. Sé sentó en el sofá grande que solían compartir, mientras que el otro ocupó el individual guardando un silencio pesado que repentinamente se quebró con las palabras. —Regresemos.— El moreno lo vió incrédulo, tal vez un poco molesto. — Nam, ese día los dos estábamos muy enojados, no quise decir nada de lo que dije. Estaba conmocionado. Jamás te había visto de ese modo...

— Lo sé. Yo también lo siento.— Tenía que disipar la molestia, después de todo, nunca arreglaron ese fatídico 12 de enero.

Día en el que, bajo la puesta de sol, las almas de dos amantes habían estallado de ira ante la falta de honestidad de uno y la prisa por escapar del otro. Pues, sintiéndose herido no dejó lugar a explicación alguna gritando sin pensar un "Terminamos" después de duras palabras y emociones hechas una tormenta con truenos en forma del deseo de nunca haberse conocido.

— Debí haberte contando. Pensé que podía con ambas cosas, pero mira, nos destruí.

Namjoon negó con la cabeza y le explicó que no era totalmente su culpa, sí bien fué un error ocultarle el trabajo y hacerlo sentir como un obstáculo en su vida, también lo fue que el moreno haya sido un poco terco y no haya entendido las ambiciones de su pareja en ese momento.

— Lamento no haberte dado la oportunidad de hablarlo. Fuí grosero y muy apresurado. Debí apoyarte después de todo.

— No, no.— El hombre se acercó y le tomó de las mejillas quedando de rodillas frente a él.— Olvidemos todo, ¿Sí? Mi trabajo está estable ahora, prometo no guardar más secretos. En cambio prométeme que la próxima vez me escucharás antes de irte.

Namjoon observó muy bien esos orbes negros detrás del cristal de los lentes, queriendo encontrar aquello que le hacían sentir y la sinceridad de sus palabras, pero no vió nada, las estrellas que antes brillaban ya no estaban.
En su lugar solo había un par de ojos más, sin significado alguno.

Y no dolió. Ya no dolía.

Hizo lo que tenía que hacer para poder continuar. Y eso era soltar. Namjoon ahora ya no tenía ninguna duda.

— ¿Crees en el destino?

— Lo hago Nam.

Con eso cerró los ojos, diciéndole adiós.

Está vez, para siempre.

Y dos:
Aceptarlo. Solo aceptar ese destino.