RELATOS [FERNANDO COLUNGA & LUCERO]

Premios Heraldo, 1996.

15 de enero de 1996, Ciudad de México (MEX).

Luces, glamour, celebridades y cientas de cámaras estaban en aquella gala. Todos estaban ansiosos, ese año había sido muy bueno para Televisa y por fin habían llegado los premios más importantes de aquel año.

Los Premios Heraldo siempre conllevaban consigo mucha preparación, mucho estrés y muchas ansias. Aquel año no era distinto y Lucero lo sabía.

Su reciente telenovela "Lazos de Amor" había sido un éxito en todos los sentidos, no había alguien quién no hubiera visto aquella maravillosa telenovela en la que ella había sobresalido y se había consagrado para todo México como una actriz de verdad. Musicalmente tampoco le iba mal aunque habían salido algunas nuevas cantantes de su edad quiénes le hacían competencia pero poco le interesaba aquello, ella era y seguiría siendo por siempre la mujer más relevante de todo México.

Ella pensaba que lo más importante de aquella noche sería el premio más que obvio que se llevaría consigo a casa por todo el año tan productivo que tuvo.

Lo que ella no sabía es que de esa noche se llevaría algo más importante que un simple premio.

De camino al recinto donde se realizaría el evento su mente iba ocupada pensando en muchas cosas: ¿Se vería bien? ¿Qué preguntas le harían y cómo respondería a ellas? ¿Le preguntarían si se veía como ganadora de algún premio? ¿Le preguntarían por Manuel?

Manuel, Manuel, Manuel...

Su mente por fin se acordaba que esa noche ella haría una presentación y sería con él. Se regocijaba al pensar en compartir escenario con él porque era un muy buen cantante y era un hombre tan maravilloso. Él la amaba, se lo había repetido mil veces, y eso era alagador. Ella se sentía agradecida con la vida por haber encontrado a alguien que la quisiera de esa manera tan profunda y ella también lo quería pero...

Pero su corazón no parecía que se saliera por su boca cada vez que pensaba en él, no sentía su pulso acelerarse y tampoco una sonrisa se plasmaba en su rostro al verlo. Ella lo quería y sobretodo, no lo quería lastimar. Quizás ella no era capaz de sentir ese tipo de amor que te deja anonadado. Seguramente ella era la del problema.

De una manera u otra, todos los veían como la pareja perfecta. Él era uno de los mejores cantantes que había dado México y ella era nada más ni nada menos que la novia de América. Su futuro estaba planeado a la perfección, ellos eran la pareja perfecta y ella se había convencido de eso también.

Un carraspeo por parte del chófer la sacó de sus pensamientos y con un susurrado "gracias" abandonó aquel coche. Lo primero que sintió al bajarse de aquel vehículo fueron muchos flashes en su rostro y como siempre ella dio la más amplia sonrisa de todas que conseguía siempre iluminar todo sitio en el que se encontrase.
Escuchaba muchos "Lucero" por todas partes y lo cierto es que se encontraba algo aturdida por todo lo que le esperaba aquella noche.

No era su primer Premio Heraldo pero tenía el presentimiento que este no sería como todos y eso la ponía más nerviosa todavía.

Se adentró en aquel edificio sonriendo y saludando con la mano a todas las personas que se encontraban fuera. Rebosaba de felicidad, como siempre tenía que mostrarse.

Al adentrarse al edificio pudo divisar a lo lejos a Manuel dentro de aquel gran sitio y con una amplia sonrisa se acercó a él mientras que una pizca de felicidad se plasmó en los ojos de él cuando la miró. Cuando las manos de ambos se encontraron, él la jaló y ni corto ni perezoso se acercó a ella plantándole un corto beso que lo dejó a él suspirando y a ella con una pequeña sonrisa en sus labios.