Tentaciones. PT1.

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Ciudad de México, México.

"Bttszz...Bttszz"

Una molesta vibración retumbaba por toda la habitación haciendo que aquella mujer quién se encontraba en un profundo sueño empezara a mostrar las primeras señas de molestias por la interrupción. Sin terminar de abrir completamente los ojos, Lucero algo molesta estiró su brazo para tomar aquella llamada sin importarle quién se mantenía al otro lado del teléfono y que había interrumpido su sueño.

- "¿Sí? ¿Quién es? " — la voz de Lucero era adormilada y muy ronca, hizo una mueca mientras se medio incorporaba para fijarse en la hora de su reloj digital posicionado en la mesa de noche del lado derecho; eran las 8.30 de la mañana e inconscientemente blanqueó los ojos hastiada.

- "Perdóname mamá, ¿te acabo de despertar?" — un José Manuel respondía desde el otro lado del teléfono. Lucero abrió rápidamente sus ojos al escuchar la voz de su hijo mayor porque no era muy común que la llamara tan temprano y menos cuando su hijo vivía en el campus de la universidad ubicada en Miami. Lo extrañaba mucho y deseaba tenerlo pronto con ella.

- "Sí pero no te preocupes mi amor, ya estaba a punto de sonar mi despertador. ¿Ha pasado algo? ¿Necesitas algo?" — La intranquilidad en la voz de Lucero se hizo presente dejándola ahora completamente despierta.

- "No, no ma. Es solamente que nos han dado una semana libre de las clases porque hay una huelga de profesores y hay que esperar que el sindicato de docentes llegue a un acuerdo con los directores, patrocinadores y demás de la universidad. Ya sabes cómo es esto de las huelgas." — José Manuel dio un pequeño suspiro gracioso por la explicación del momento, Lucero sintió como la tranquilidad volvía a su pecho y acompañó a su hijo con una pequeña carcajada también, sentía que su hijo no había terminado de hablar por lo que solamente calló incitándolo a hablar.— "He pensado en estar esta semana en casa. Te extraño a ti, a la beba y a papá."

- "Sabes que siempre quiero tenerte cerca por lo que me hace muy feliz que quieras volver a casa hijo. Lucerito también se muere por verte, dice que le tienes que terminar de enseñar a tocar el bajo. ¿Cuándo vas a salir? ¿Te voy a recoger al aeropuerto?" — Lucero sintió como la emoción la golpeaba fuertemente en su ser. Llevaba algunos meses sólo viéndolo por videollamadas y extrañaba abrazarlo. Escuchó a su hijo reírse pero luego escuchó cómo murmuraba "Sí, agarra las maletas" por lo que quedó muy confundida.

- "Dile que le enseño sólo si promete hacerme caso en mis lecciones y no alocarse cuando no le salga porque la última vez me rompió una cuerda del bajo.
Por cierto, salimos como en una hora hacia allí y llegaremos como en 3 horas más o menos, no hace falta que nos recojas porque nos vamos en un auto alquilado ya previamente. — Ahora Lucero frunció el ceño aunque su hijo no la viera. ¿Venía acompañado? ¿Por quién? Que ella supiera no tenía novia de momento aunque nunca se lo había preguntado directamente. Por el fondo escuchó mucho movimiento y cómo su hijo empezó a moverse pues sus pisadas se escuchaban por la madera del suelo. — "Bueno ma, te dejo. En un rato nos vemos. Te quiero."

José Manuel no dejó ni responder a su madre cuando Lucero escuchó el sonido que indicaba que la llamada había acabado. Volvio a acostarse completamente sobre la cama dejando su teléfono a un lado. Cerró los ojos y empezó a cuestionarse con quién vendría su hijo de visita. No estaba lista para conocerle una novia.

José Manuel era un joven artístico, pasional, sensible y amable de 22 años. Lo había tenido junto a su ex esposo Manuel cuando ella tenía 32 años y unos años después vino al mundo su pequeña Lucero que actualmente ya había cumplido los 18.
Ambos fueron fruto de un matrimonio en principio lleno de amor, arte y felicidad.
Pero el matrimonio duró solamente 14 años hasta que se divorciaron por mutuo acuerdo en buenos términos, hoy en día seguía siendo muy buena amiga de su ex esposo. Desde aquel momento ella se había entregado a sus hijos y a su carrera. No se había vuelto a enamorar realmente y las noches esporádicas que pasaban en su vida eran solamente eso: pasajeras.

RELATOS [FERNANDO COLUNGA & LUCERO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora