"¿Por qué no habíamos hecho esto antes?"
Nayeon y Jeongyeon son una pareja primeriza en el amor, ambas se quieren mucho, fueron compañeras de secundaria durante tres años donde nació el amor entre ellas. pero a pesar de ser tan cercanas y llevar más...
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Caí de rodillas al suelo, frente a sus dos piernas abiertas e ingle expuesta a mis toqueteos, su cabeza se hizo hacia atrás cuando con mis manos comencé a desabrochar su cinturón, una vez resultó aquello pasé a bajar su cierre, unos boxer blanco de calvin klein me dieron la bienvenida. Su miembro estaba duro luego de haberme rozado contra él hace solo minutos, sonreí, mordiendo mi labio inferior.
Demonios, de verdad es un sueño.
Bajé su ropa interior, liberando su protuberancia, chocó contra su abdomen, sin duda estaba ansiosa. Con la yema de mi dedo roce su glande hasta abajo, trayendo conmigo una gota de presemen. Sin decir nada, me inclinó directamente hacia ella, llevando primero mis labios y después mi boca en su dirección. Abriéndola para besarle, para sentirle, haciéndole una mamada allí mismo. Ella me miraba, no podia saber en qué es lo que pensaba, pero quería creer que de verdad lo estaba disfrutando, al tener mi cabeza entre sus piernas. Acarició mi largo cabello con una de sus manos para ir bajando con sus dedos por mi cuello.
No tenía dudas de amar a Jeongyeon, era la mujer con quien yo quiero casarme, solo necesito ese toque de adrenalina en nuestra relación para sentir que esto funcionará sin pausa.
Comencé a ir más rápido, el pulso de Yoo estaba a todo intentando reprimir su ímpetu. Mi cuerpo se aceleraba, dejándose ya llevar arriba y abajo por el vaivén de todos los impulsos que tenía retenidos desde hace tiempo. No me fue difícil por los gemidos de mi noviansaber que estaba itentando contener toda esa excitación para aguantar un poco más. Para prolongar aquel éxtasis que le recorría todo su cuerpo, para no correrse.
—A-ah... si, ahí...
Apretó suavemente mi cabeza contra su miembro haciendo que éste entrará más a dentro de mi boca. Sintiendo como tocaba fondo y la humedad del interior le estremecía, humedeciéndose aún más al notar como con mi lengua jugaba con ella, jugaba con su éxtasis. Y nuevamente todo se aceleró. Ella entrando y saliendo de mi boca sin poder ya contenerse. Sintiendo todo aquel placer al hacerlo, tensándose para estallar finalmente. Corriéndose dentro de mi cabidad, provocando que al hacerlo todos aquellos espasmos le recorrieran como un muelle en su cuerpo, sonreí por inercia.
Me aparte poco a poco, retirando mis labios carmín y dejándola toda perdida.
—Fue increíble.—susurró, viéndome— ¿Por qué no habíamos hecho antes?
—Porque te la dabas de niña buena.
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