﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀.﹀ .. .. .. Favor de leer¡! (( :Advertencias:)) ೃ ╭─────────────────╮ . . . Avisos.. │ . Advertencias: │ │> Simon Ghost Riley algo autista¡! │ │> John Soap MacTavish 2022 transformado en │el 2009¡! │ │> Simon Ghost Riley 2022 también │transformado en el 2009¡! │ │> Homofobia implícita/referenciada. │ │> Mención de otras parejas, más no serán │tratadas como parejas secundarias. │ │> Punto de vista solo de Simon!! │ │> Simon está aprendiendo a tomar en serio sus │sentimientos, emociones y trastornos mentales, │se encuentra algo vulnerable y por eso podría │llegar a ser muy MUY bobo (lo basé en mi 😭). │ ╰─────────────────
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Uno de sus cuchillos dió justo en el corazón de un enemigo. El suspiro que salió desde lo más profundo de sus pulmones fue totalmente involuntario. Recibir ordenes, matar y ganar.
Ser un militar fiel a su gobierno.
Su espalda chocó contra la pared de concreto, helada. Se sentía totalmente cansado de ser usado, pero, ¿Qué podría ser más que una persona que nació para ser usada? Nada, absolutamente nada. Vivir de las ordenes, en las sombras y para servir es para lo que fue hecho, es lo único que ha logrado hacer bien desde su juventud. Su sed de justicia y venganza fue lo que siempre le dió el poder de levantarse y cambiar las cosas, luchar por lo que cree que es justo y darle a las personas lo que merecen.
Tuvo solamente 4 personas importantes en su vida y le fueron arrebatadas cuando creyó que todo iba mejorando. Era joven cuando se esforzó en obtener venganza y terminó enterrado vivo (literalmente).
Cuando su vida parecía ir de desgracia en desgracia, creyendo que todo terminó y las razones para existir habían culminado; el General Shepherd apareció y decidió reclutarlo en la Task Force 141 bajo el seudónimo de Ghost. Dándole una segunda oportunidad en la vida para renacer. Abusos, violaciones, golpes, torturas y muchas cosas más fueron las que terminaron por darle una forma y razón de ser a Ghost. Un espectro de sangre fría hecho para hacer lo que le enseñaron toda la vida: destruir, golpear, matar y sufrir.
Ghost nacía y Simon Riley era sepultado el día de su llegada a la Task Force 141, siendo dejado en el pasado y totalmente en el olvido. Olvidándose completamente de las emociones y los sentimientos reales.
Desde entonces es un enorme saco de huesos que deambula y lleva a cabo ordenes como si fuese un maldito ser inmortal sin miedo a recibir una bala en la frente.
Aunque, ¿Había algo a lo que en realidad Ghost le temiera?
Por supuesto.
Amar nuevamente y perderlo todo.
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"¿Tienes el informe de la misión, Ghost?" La voz del capitán Price resonó en sus oídos apenas pisó la oficina de dicho hombre. No hubo respuesta verbal alguna, en cambio simplemente dejó una carpeta sobre el escritorio en la que se leía Grim Kane y debajo; estado: K.I.A.
"¿Puedo retirarme, señor?" La voz profunda y cansada del teniente hizo a Price retirar la mirada que permanecia en la carpeta. La tomó y guardó en algún cajón de su escritorio.
Ahora unos ojos azules observaban el cuerpo tenso de Ghost, cosa que lo hizo sentirse incómodo y sin embargo, aún así permaneció en silencio y recto, luciendo esa mirada cansada ante el hombre de mayor rango.
"¿Algo más que necesite, capitán?" Escupió de forma forzada, sin la más mínima intención de sonar amable o alguna mierda así. Price no tardó en sonreír de lado y señalar una de las sillas frente a su escritorio, haciéndole una invitación a tomar asiento. Invitación que fue tomada por la inmensa montaña de 6'2 pies de altura.
"De hecho, sí hay algo más, Simon" una carpeta algo vieja cayó sobre el escritorio. Ghost echó un vistazo y después miró a Price. Ojos marrones viendo sorprendidos a unos azules y preocupados. "Está de regreso en nuestra base y creí que debías ser el primero en enterarse, hijo".
Simon asintió lentamente sin encontrar palabras correctas para decir, además, el nudo que se instaló en su garganta no le podría permitir decir alguna cosa incluso si tuviera algo. Sus ojos volvieron a la carpeta mientras los sentimientos inundaban su corazón y las memorias su mente. Sus dedos cubiertos por los guantes de trabajo tocaron suavemente la carpeta, la tomaron y abrieron.
Sus ojos se humedecieron de forma inevitable al leer el viejo archivo; en la foto permanecia un joven sargento, ojos azules como el mar y tan brillantes como el sol, un cabello que muchas veces disfrutó acariciar hasta ver cómo se cerraban con tranquilidad los ojos preciosos en los que tanto amaba perderse. Ese sargento solía ser la clara muestra de que en el ejército aún podría existir la bondad y dulzura. Un gran signo de juventud, humanidad y esperanza. El dulce amor de su vida. La más bonita muestra de felicidad que ha tenido en su entera existencia.
Entonces notó que detrás de ese archivo había una hoja más, mientras que la delantera lucía un color más amarillento por los años, la hoja detrás era de un color blanco nuevo. El nudo en su garganta se intensificó. Quitó la hoja delantera y un sonido ahogado salió de su garganta.
En la nueva foto había un hombre totalmente diferente a lo que recordaba y la vieja foto le transmitía; la mirada azul que solía ser como un sol ahora lucía apagada, nuevas cicatrices adornaban las partes que más disfrutaba acariciar y besar en su pasado. Sus labios seguían siendo lindos y rosados, pero ahora estaban mucho más rectos que antes. Desconoció completamente al hombre en la fotografía.
